En los 25 años que llevamos de siglo hemos asistido al nacimiento de muchos hiperdeportivos: Ferrari Enzo, Porsche 918 Spyder, McLaren Senna… Sin duda modelos que forman parte de los sueños de cualquier aficionado al motor, aunque no han logrado alcanzar el estatus de leyenda que únicamente corresponde a un francés creado por alemanes: el Bugatti Veyron.
El Veyron 16.4, presentado en 2005, se erige como un monumento a este legado: un hiperdeportivo nacido de una visión audaz que redefinió los límites de lo posible. Sin embargo, su llegada no fue una revelación repentina, sino la culminación de un extraordinario viaje conceptual. Entre 1998 y 1999, una serie de estudios de diseño distintos exploraron diferentes facetas de la ambición un hombre, cada uno allanando el camino para el icono definitivo.
Aquel hombre no fue otro que Ferdinand Karl Piëch, entonces presidente del Grupo Volkswagen. En 1997, inspirado por el deseo de crear un automóvil de potencia y refinamiento sin precedentes, Piëch imaginó un revolucionario motor de 18 cilindros. Dibujada en un sobre, esta configuración W18 se convirtió en el eje conceptual del resurgimiento de Bugatti tras la adquisición de los derechos de la marca francesa por parte de VW, en mayo de 1998. Piëch buscaba no solo velocidad, sino un vehículo capaz de superar los 400 km/h, ofreciendo la comodidad, la elegancia y la facilidad de uso que se esperan de la marca, un reto que exigía soluciones de ingeniería completamente nuevas.
El diseño del Bugatti Veyron fue obra de Giugiaro
Para materializar esta visión, Ferdinand Piëch encargó a Giorgetto Giugiaro, de Italdesign, un nuevo concepto de vehículo. El primer resultado de su colaboración, el EB 118, debutó en el Salón del Automóvil de París en septiembre de 1998. Presentado como un elegante e imponente coupé de dos puertas, el EB 118 capturaba la esencia de un gran turismo. Su diseño se definía por un capó largo y amplio, necesario debido al tamaño de su motor W18 atmosférico de 6,3 litros y 555 CV, montado en la parte delantera, y presentaba una distintiva protuberancia central que rendía homenaje a la columna vertebral de modelos icónicos de Bugatti, como el Type 57SC Atlantic.

En el interior, la puesto de conducción adoptaba influencias art déco, enfatizando el lujo, la comodidad y la artesanía. Combinado con la ingeniería avanzada del vehículo, incluyendo su exclusivo motor W18 y tracción integral permanente, el EB 118 se erigía en una audaz declaración de intenciones: una fusión perfecta de la herencia de Bugatti con la innovación vanguardista.
Poco después, el EB 218 debutó en el Salón de Ginebra de 1999. También diseñado por Giugiaro, se presentó como una evolución del anterior concepto EB 112 (de la era Artioli), pero ahora equipado con el motor W18 del EB 118. Esta berlina de cuatro puertas exploró una dimensión diferente de la identidad Bugatti, centrándose en el lujo y la presencia definitivos. Más largo que el EB 118 (5,4 metros), presentaba curvaturas sutilmente revisadas en la carrocería, adaptando las necesidades de diseño del W18 a un formato berlina, manteniendo la tracción total permanente.
Un cambio de rumbo significativo se produjo más tarde ese mismo año. En el Salón de Frankfurt, en septiembre de 1999, Bugatti presentó el EB 18/3 Chiron. Diseñado por Fabrizio Giugiaro bajo la tutela de su padre, este concepto se alejaba del diseño de motor delantero de sus predecesores. El EB 18/3 Chiron era un prototipo biplaza con el W18 posicionado en una configuración de motor central. Este cambio alteró drásticamente las proporciones del coche, dando como resultado una presencia más agresiva, con la cabina adelantada, típica de los deportivos de alto rendimiento. Si bien seguía contando con el W18 de 555 CV y tracción total, el estilo se centró más en la eficiencia aerodinámica y la destreza dinámica.

Bautizado con el nombre del legendario piloto de carreras de Bugatti, Louis Chiron, este concepto marcó un paso hacia el territorio de los hiperdeportivos que el Veyron acabaría conquistando, explorando cómo el W18 podría funcionar en una aplicación específica de alto rendimiento.
Tan solo un mes después, en octubre de 1999, se presentó en el Salón del Automóvil de Tokio el último paso evolutivo antes del Veyron de producción: el Bugatti EB 18/4 Veyron. Fundamentalmente, este concepto marcó un cambio en el liderazgo del diseño, alejándose de Italdesign. Creado internamente por el Grupo Volkswagen bajo la dirección de Hartmut Warkuß, con el exterior diseñado por un joven Jozef Kabaň, el EB 18/4 presentó una silueta de deportivo de motor central mucho más compacta y enfocada. Su estilo prefiguró con fuerza la forma icónica, las proporciones y los elementos clave de diseño del coche de producción.
Aunque inicialmente se mostró con el motor W18, el inmenso desafío de extraer de forma fiable más de 1.000 CV y gestionar el calor y la complejidad del W18 de aspiración natural condujo a un cambio de ingeniería crucial. Para el año 2000, se tomó la decisión de desarrollar un nuevo motor: el W16 de 8,0 litros y cuatro turbocompresores. Este motor podría alcanzar de manera más eficiente los objetivos de rendimiento extremos de Piëch de 1.001 CV y una velocidad máxima superior a 400 km/h, aunque requiere una sofisticación sin precedentes.
La elección del nombre Veyron para el concepto final y el posterior coche de producción fue un guiño deliberado a la rica herencia de Bugatti. Pierre Veyron (1903-1970) fue más que un simple piloto de carreras; fue ingeniero de desarrollo y piloto de pruebas oficial de la marca durante la década de 1930. Su mayor logro llegó en 1939, cuando, junto a Jean-Pierre Wimille, consiguió una victoria para Bugatti en las prestigiosas 24 Horas de Le Mans, pilotando un Type 57C Tank.
La trayectoria desde el boceto inicial del W18 de Piëch hasta el imponente Veyron 16.4 fue un testimonio de innovación incansable, diseño iterativo y un profundo respeto por la herencia de Bugatti. Los prototipos no fueron simples ejercicios de diseño, sino pasos cruciales. Cada uno exploró diferentes direcciones de estilo (gran turismo, berlina de lujo, deportivo de motor central) y puso a prueba los límites del ambicioso motor W18, antes de que la convergencia final del diseño y el cambio de ingeniería al motor W16 definieran al Veyron.
Galería de imágenes del Bugatti Veyron 16.4
Fotos: Bugatti








