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Bugatti Chiron. Nuevo récord mundial de aceleración y frenada

En poco menos de un año el Bugatti Chiron ya se ha llevado unos cuantos titulares. Esta vez lo ha vuelto a hacer al haber batido el récord mundial de aceleración con un coche de producción. Para conseguir tal hazaña a los mandos estuvo el mismísimo Juan Pablo Montoya, ex-piloto de Fórmula, vencedor del Gran Premio de Mónaco de F1, triunfador dos veces en la Indy 500 y otras tres veces en las 24 Horas de Daytona.

Un récord que pone los pelos de punta

El Bugatti Chiron, con un motor de 8 litros de capacidad y 16 cilindros en W (o lo que es lo mismo, la unión de dos V8) exprimió parte de su capacidad para lograr este espectacular récord. Para ello, el piloto colombiano accionó el modo Máxima Velocidad que se conecta tras usar la Top Speed Key y que le permite sobrepasar los 380 km/h, además de activar el sistema Launch Cotrol. Gracias a este último, el Chiron pudo realizar una salida a la máxima velocidad posible sin perder un ápice de tracción. El control de estabilidad tuvo un papel fundamental durante todo el recorrido, mejorando la efectividad del chasis y los neumáticos.

Los resultados después de todo esto fueron increibles. Para pasar de 0 a 400 km/h, el Bugatti Chiron solo necesitó 32,6 segundos y 2.621 metros; tras esta primera hazaña, Juan Pablo Montoya clavó los frenos hasta que el velocímetro quedó de nuevo a cero tras recorrer 491 metros. Esta minimización de la frenada es posible en parte por el alerón posterior que en un ángulo de 49 grados y un ancho de 1,5 metros facilita al coche una carga aerodinámica de unos 900 kilos. En la frenada, coche y conductor expermientan una fuerza de 2G, similar a la que los pilotos espaciales expermientan en el lanzamiento de los transbordadores espaciales. La operación total de aceleración y frenada se realizó en 41,96 segundos en una distancia de apenas 3 km (3.182 m), cifras realmente sorprendentes para un vehículo de producción.

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Este es«el tiempo más rápido jamás alcanzado y medido oficialmente para esta maniobra de conducción para un vehículo de producción en todo el mundo», según las propias palabras de Bugatti, y representa «el primer paso en el camino a un nuevo récord mundial de velocidad para vehículos de producción» que la marca intentará batir en 2018.

Para conseguir este récord mundial, Bugatti contrató los servicios de SGS-TÜV Saar, líder mundial en inspección, pruebas, verificación y certificación. Entre los detalles de la prueba destacar que Juan Pablo Montoya decidió no usar el traje habitual, ni el casco y ni el apoyo de cabeza y cuello mientras establecía el récord porque, en palabras del propio piloto, «el Chiron es un super deportivo que requiere toda la atención cuando lo conduces, pero transmite tal sensación de seguridad y fiabilidad que estaba completamente relajado».

Además de establecer este récord mundial, Juan Pablo Montoya también tuvo la oportunidad de mejorar su récord de velocidad personal pasando de los 407 km/h que consiguió con un IndyCar hasta los 420 km/h que ha conseguido con el Chiron.