Miguel tiene 32 años, es bombero y, desde hace algunos años, dedica parte de su tiempo libre a concienciar sobre los riesgos ocultos que pasan desapercibidos para la mayoría de los ciudadanos. Entre ellos, uno de los más actuales: el peligro de transportar patinetes eléctricos en espacios cerrados como autobuses, trenes de cercanías o vagones de metro. A raíz de varios incidentes graves registrados en distintas ciudades españolas, decidió compartir un vídeo que muestra cómo una batería defectuosa de patinete puede desatar un incendio en cuestión de segundos.
Para él, no se trata de sembrar alarma, sino de mostrar la realidad sin filtros. Los patinetes eléctricos han revolucionado la movilidad urbana en los últimos años, pero con ellos también han llegado problemas relacionados con la seguridad. Miguel insiste en que entender los riesgos es clave para prevenir accidentes y, sobre todo, para comprender por qué se han implementado prohibiciones en varios puntos de la geografía española.
2Por qué los patinetes eléctricos están prohibidos en el transporte público

Las prohibiciones que han adoptado comunidades como Madrid, Cataluña o Galicia no son medidas arbitrarias. Se sustentan en varios motivos de peso:
- Riesgo de incendio incontrolable. Las baterías de litio son muy sensibles a golpes, sobrecargas y defectos de fabricación. Una sola celda defectuosa puede provocar un fallo en cadena y liberar energía de forma descontrolada.
- Emisión de gases tóxicos. Cuando arde, la batería expulsa humo cargado de compuestos como fluoruro de hidrógeno, altamente irritante y peligroso para la salud.
- Evacuación complicada. En un vagón de metro lleno de pasajeros o en un autobús urbano, evacuar rápidamente a todos los ocupantes se convierte en una tarea difícil y caótica.
- Antecedentes reales. Ya se han registrado casos en ciudades como Barcelona y Madrid donde un patinete en llamas obligó a evacuar estaciones completas, con consecuencias económicas y de servicio graves.
Por estas razones, la mayoría de autoridades han decidido aplicar el principio de precaución, es decir, prohibir el transporte de estos vehículos hasta garantizar sistemas de seguridad adicionales.