Si en los últimos días has visto un coche con los espejos retrovisores cubiertos por bolsas de plástico, no te extrañes. No es una excentricidad ni una ocurrencia pasajera, sino una solución práctica para un problema que cada vez afecta a más vehículos. El clima, la fauna e incluso el vandalismo han convertido a estos elementos en uno de los puntos críticos para la conservación y seguridad del coche.
Los retrovisores actuales son piezas cada vez más caras y complejas, con sistemas electrónicos integrados que hacen que cualquier avería o reemplazo pueda dispararse por encima de los 1.000 € e incluso acercarse a los 3.000 € en modelos premium. Por esta razón, muchos conductores han encontrado en una simple bolsa de plástico un escudo perfecto para garantizar la vida útil de estos elementos tan expuestos.
5Cómo colocar correctamente la bolsa para obtener todos los beneficios

Para que este método funcione, es importante colocarlo de manera adecuada. Elige una bolsa de tamaño suficiente para cubrir por completo la carcasa del retrovisor. Puede ser una de supermercado, una de basura pequeña o una diseñada para este fin, que ahora empiezan a comercializarse en tiendas de accesorios para vehículos.
Asegura la bolsa con una goma elástica o una pequeña cuerda para que no salga volando con el viento ni permita que la humedad penetre en la superficie interna. Al retirarla por la mañana, guárdala en el maletero para darle varios usos antes de desecharla.