El equipo Bloodhound Land Speed Record (LSR) acaba de presentar su nueva bestia con la que pretende conseguir un nuevo récord mundial de velocidad terrestre el próximo año. Esta bala ha llegado a Sudáfrica para comenzar su programa de pruebas.
También es la primera vez que el automóvil aparece con sus ruedas de aluminio sólido mecanizadas con precisión, construidas para resistir las tensiones de viajar a velocidades supersónicas. Para esta primera sesión, el Bloodhound LSR probará sus ruedas a velocidades que alcanzarán los 800 km/h.
Estas pruebas se llevarán a cabo en el hipódromo del desierto de Hakskeenpan, haciendo uso de un motor de reacción Eurofighter Typhoon EJ200 de última generación. Los objetivos son claros: evaluar cómo se comporta el vehículo al reducir la velocidad y detenerse desde varias velocidades.
Cuando los ingenieros y el ex piloto Andy Green están satisfechos con el comportamiento del automóvil, se llegarán a velocidades más altas, con incrementos de 80 km/h. Gracias a 192 sensores se reunirán datos para compararlos con los modelos CFD para garantizar que todo salga a la perfección.
Terreno preparado
El desierto de Hakskeenpan fue limpiado de 16.500 toneladas de roca sobre 22 millones de metros cuadrados de lecho seco para garantizar que el Bloodhound pueda funcionar sin problemas y de manera segura.
Está previsto que el Bloodhound LSR intente un nuevo récord mundial de velocidad terrestre a finales de 2020, con el objetivo de llegar a más de 1.600 km/h.