¿Te has parado recientemente a mirar de qué color es el humo que sale del tubo de escape de tu coche? Si lo haces más a menudo, te darás cuenta de que tu coche habla, y lo hace en forma de colores. Hoy en día, la mayoría de motores modernos filtran y procesan los gases antes de expulsarlos, pero el color del humo que sale por el escape sigue siendo una buena pista sobre el estado de salud del motor.
Es cierto que no todos los humos son sinónimo de avería, pero si el color es intenso, constante y va acompañado de otros síntomas, deberías preocuparte. Por ejemplo, los colores azul, blanco o negro pueden ser avisos para que pases por el taller más pronto que tarde. Te contamos todo lo que debes saber para no confiarte, evitar una avería costosa y que te tiren la ITV.
Humo blanco, azul o gris: ¿humedad o fallo grave?

El humo blanco puede tener varias interpretaciones, y no todas son motivo de alarma. Si aparece al arrancar en frío y desaparece al poco tiempo, lo más probable es que se trate de vapor de agua acumulado por condensación. Suele ser normal, sobre todo en invierno o en zonas con mucha humedad.
El problema llega cuando ese humo blanco es espeso, persistente y con cierto olor dulzón. En ese caso, probablemente el sistema de refrigeración está dejando pasar líquido (anticongelante) al interior de los cilindros. Todo apunta a una junta de culata dañada, fisura en el bloque o en la culata. No son averías baratas, pero si lo dejas pasar va a ser mucho peor para tu bolsillo.
El humo azul, por su parte, es menos frecuente en coches nuevos, pero más fácil de identificar. Suele ser sinónimo de la quema de aceite, normalmente por una fuga interna. Los ‘culpables’ suelen ser los retenes de válvula, los segmentos de pistón o la propia junta de culata. Si además notas un olor fuerte y aceitoso, seguramente sea porque el motor está quemando aceite.
¿Y el humo gris? Aquí nos metemos en terreno pantanoso. Puede deberse a muchas causas, como una mezcla pobre, fallo en el turbocompresor, sistema PVC obstruido, y hasta problemas eléctricos en el encendido (sobre todo en coches de gasolina). Es el humo más difícil de interpretar, y requiere un diagnóstico profesional.
Humo negro: hay demasiada gasolina o diésel en el aire

El humo negro es más visible (y molesto) que los anteriores, y suele aparecer cuando el motor inyecta más combustible del necesario y este no se quema completamente.
Ese exceso puede tener muchas causas, como un sensor de oxígeno en mal estado, fallo en el caudalímetro, inyectores sucios, filtro de aire obstruido o una válvula EGR atascada. El resultado es un humo oscuro que, además de manchar el escape, ensucia el motor por dentro y aumenta el consumo de combustible.
También puede ocurrir en motores que no han estado bien mantenidos o tienen algún problema de ralentí o regulación electrónica. En algunos casos, ese humo negro se nota más en aceleraciones fuertes o al arrancar en frío. Y aunque el coche siga funcionando como siempre, este humo que sale del escape lo más probable es que provoque que no pases la ITV. También va a disparar el consumo y vas a perder eficiencia mecánica.
Por tanto, si ves humo blanco, azul, gris o negro que sale del tubo de escape de tu coche, vaya o no acompañado de otro síntoma más grave, haz una visita a tu taller de confianza. Identificarán la causa y así evitarás que el problema (y la factura) vaya a más.