La firma de Crewe envió en el año 2013 este impresionante Bentley Mulsanne hasta el Palacio de Buckingham, porque esta sensacional berlina fue utilizada nada menos que para transportar a la mismísima reina Isabel II. Lo tuvo en su poder hasta el año 2015, pero durante todo ese tiempo el Mulsanne apenas cubrió 2.492 millas, lo que son algo así como unos 4.010 kilómetros, además de que fue debidamente atendido en un concesionario oficial de la firma británica.
Cuando cumplió con su cometido junto a la casa real británica, este sensacional Bentley Mulsanne que tienes ante tus ojos regresó a las instalaciones de Crewe junto a otro ejemplar idéntico que la Reina Isabel II tenía en su casa en Windsor.
Está a la venta en Reino Unido
Acabado como no podía ser de otra manera en un majestuoso color verde con acentos en color bronce (son tonos denominados Banarto Green y Twine Main Hide), este Mulsanne luce un interior con madera Burr Walnut presente en sus molduras decorativas, en los espejos de tocador y en las mesas de picnic, y contrasta con la moqueta del piso en color verde a juego con su exterior. Y el vehículo también viene con una funda protectora a juego y conexiones para mantener en orden a su batería cuando no se use durante un largo periodo de tiempo.
Como el resto de los Bentley Mulsanne, esta unidad con sangre real británica esconde un poderoso 6.75 V8 Biturbo capaz de proporcionar 512 CV de potencia y 1.020 Nm de par motor, enviado todo ello a las ruedas traseras por medio de un cambio automático ZF de 8 velocidades.
Si unimos su impecable estado, su exclusividad y su historial, no es de extrañar que este Bentley Mulsanne cueste una fortuna, pero para conocerlo hay que ponerse en contacto con el concesionario Bramley Motor Cars de Surrey, que es quien ahora mismo lo tiene en su poder.