Durante años, cuando hablábamos de coches eléctricos, parecía que el futuro estaba escrito únicamente con litio. Este metal ligero y caro se convirtió en la columna vertebral de la revolución eléctrica, impulsando desde teléfonos móviles hasta grandes SUV con sus baterías. Sin embargo, la dependencia de un recurso escaso, caro de extraer y concentrado en unas pocas regiones del planeta ha hecho saltar las alarmas: ¿qué ocurrirá cuando la demanda global supere con creces la capacidad de extracción de litio? ¿Y cómo podemos abaratar la electrificación sin comprometer la autonomía, la seguridad y la durabilidad de las baterías?
En ese escenario, una alternativa ha empezado a sonar con fuerza: la batería de sodio. No se trata de una idea nueva, pero sí de una tecnología que, gracias a los últimos avances, está alcanzando la madurez necesaria para dar el salto a los coches eléctricos de producción. Y no hablamos de ciencia ficción: en 2025, el gigante asiático CATL ha presentado Naxtra, su primera batería de iones de sodio fabricada a gran escala, con datos muy prometedores que podrían cambiar para siempre la forma en que concebimos la movilidad eléctrica.
1Ventajas del sodio: abundancia y seguridad

El litio ha sido el rey, pero es un rey con pies de barro. Su extracción requiere enormes cantidades de agua, con un fuerte impacto ambiental, y su precio se ha disparado en la última década. El sodio, en cambio, es uno de los elementos más abundantes en la naturaleza: basta con pensar en la sal común para hacerse una idea de su disponibilidad. Esto significa que las cadenas de suministro no dependen de unos pocos países y que el coste de producción de cada batería se reduce drásticamente.
Pero no es solo una cuestión de precio o disponibilidad. Las baterías de sodio, como la Naxtra de CATL, destacan por su seguridad intrínseca. Mientras que las de litio pueden sufrir sobrecalentamientos o incluso incendiarse en caso de fallo, la química del sodio reduce de manera natural estos riesgos. Esto se traduce en una batería menos propensa a sufrir problemas graves, un argumento de peso en un mercado donde la seguridad es cada vez más relevante.