La batería de un vehículo es un componente esencial que proporciona la energía necesaria para arrancar el motor y alimentar los sistemas eléctricos cuando el motor no está en marcha. Su importancia radica en asegurar que el coche funcione de manera eficiente y sin interrupciones. Mantener la batería en buen estado es crucial para evitar problemas inesperados y garantizar una conducción segura y confiable.
El mantenimiento adecuado incluye realizar inspecciones regulares, limpiar los terminales para evitar la corrosión, y asegurarse de que esté bien sujeta en su compartimento. También es importante comprobar su estado de carga y reponer los niveles de agua en las que no son libres de mantenimiento.
Entre los fallos más comunes se encuentran la descarga completa, la corrosión en los terminales, y las conexiones sueltas. Estos problemas pueden provocar que el coche no arranque, fallos en los sistemas eléctricos, y una disminución en la eficiencia del vehículo. En casos extremos, una batería defectuosa puede dejar al conductor varado y requerir asistencia en carretera.
2Tipos y recomendaciones

La elección adecuada depende del tipo de vehículo y sus necesidades específicas. Para vehículos sin sistema start-stop, una batería de arranque con tecnología de plomo-ácido es suficiente. La batería de arranque de Continental es ideal para temperaturas extremas, ya que ofrece un rendimiento de arranque en frío del 100%.
Para vehículos con sistema start-stop, se recomienda una EFB (Enhanced Flooded Battery) de Continental, que maneja el doble de ciclos de carga que una de arranque estándar y tiene un rendimiento en frío del 115%. Finalmente, para vehículos con sistema start-stop y recuperación, la mejor opción es una AGM (Absorbent Glass Mat). Son extremadamente resistentes a las fugas y ofrecen un rendimiento de arranque en frío del 135%.