En los últimos años, el parque móvil español ha experimentado una transformación significativa. La incorporación de coches eléctricos e híbridos, junto con una mayor conciencia ambiental, ha llevado a un aumento en las bajas de vehículos antiguos. Dar de baja un vehículo no es solo una cuestión de deshacerse del coche, sino un proceso administrativo que implica varios pasos. Desde asegurarse de que el coche sea llevado a un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT) hasta la notificación a la Dirección General de Tráfico (DGT), cada detalle cuenta para que el proceso sea exitoso y legal.
El primer paso en este viaje es llevarlo a un CAT, donde se encargan de su descontaminación y reciclaje. Una vez que ha sido desguazado y dado de baja oficialmente, se emite un certificado de destrucción y la baja definitiva en el registro de la DGT. Sin embargo, hay un paso adicional que no debes olvidar: la devolución del impuesto de circulación.
3Se paciente y archiva la documentación hasta el final
Una vez que tengas toda la documentación, debes presentar la solicitud en el ayuntamiento correspondiente. La mayoría de los ayuntamientos permiten realizar este trámite de forma presencial o telemática. Si optas por la vía telemática, asegúrate de tener un certificado digital o estar registrado en el sistema de identificación electrónica que utilice tu municipio.
Tras presentar la solicitud, el ayuntamiento revisará la documentación y, si todo está en orden, procederá a la devolución del importe correspondiente. Este proceso puede tardar algunas semanas, así que es importante tener paciencia y, si es necesario, hacer un seguimiento del estado de tu solicitud.