La política española ha vivido un nuevo momento teatral en la Asamblea de Madrid. En medio de un debate cargado de tensión, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, sacó a relucir con ironía el mítico Peugeot 407 en el que Pedro Sánchez, junto a su círculo más cercano, recorrió en su momento España en su llamada ‘pedromaratón’.
La intervención terminó convirtiéndose en una escena que acaparó titulares. Una sarcástica Ayuso disparaba contra el PSOE, aludiendo a las filtraciones que salpican a miembros de la dirección socialista, a quienes bautizó como ‘la banda del Peugeot’. El apodo mezcla burla política con historia automovilística. Porque detrás de su comentario mordaz hay un coche, con kilómetros de historia a sus espaldas, que hoy resurge como metáfora inesperada del poder.
3La desaparición del radar público

En 2018, Pedro Sánchez, ya consolidado como presidente del Gobierno, dejó de necesitar el Peugeot. El coche se vendió a un vecino de Madrid y desapareció del radar mediático, sin menciones ni declaraciones oficiales. Sánchez nunca volvió a incluirlo en su declaración de bienes, lo que ha alimentado aún más el aura de misterio en torno a aquel Peugeot 407.
El último dato oficial sitúa su baja definitiva en septiembre de 2023. Pero para muchos, el coche ya había sido desactivado mucho antes: cuando pasó de ser herramienta política a mero recuerdo. Un testigo mudo de una época en la que el poder aún se buscaba en las cunetas, lejos de los aviones oficiales y los blindados ministeriales.