En los últimos años, miles de conductores de coches diésel han sufrido una avería tan costosa como frustrante: la acumulación de carbonilla en el sistema de escape, concretamente en el catalizador y el filtro de partículas. Este enemigo oculto puede provocar fallos de miles de euros, dejar el coche sin potencia y causar repetidas visitas al taller.
La avería afecta sobre todo a los coches diésel fabricados a partir del 2000, momento en que la normativa de emisiones obligó a las marcas a incorporar sistemas anticontaminación más sofisticados. Lo que iba a beneficiar al medio ambiente ha terminado siendo un dolor de cabeza para muchos conductores. Pero, por fortuna, existe una solución tan sencilla como eficaz.
3¿Cómo saber si tu coche necesita regeneración?

Muchos conductores no son conscientes de cuándo se está produciendo una regeneración, pero hay algunas pistas que lo delatan. Si notas que el coche pierde ligeramente potencia, el ventilador se queda encendido más de lo normal al apagar el motor, o incluso huele raro al bajar del vehículo, es probable que haya iniciado ese ciclo de limpieza.
Algunos modelos incluyen un testigo para alertar al conductor de que debe circular por un tiempo a ciertas revoluciones para completar el proceso. Pero, en la mayoría de casos, el sistema funciona automáticamente, sin que tenga que hacer nada. Si no se produce la limpieza, la acumulación de hollín acaba colapsando el filtro, y entonces es cuando aparece la avería.