Cada verano, millones de conductores en España se lanzan a la carretera en busca de unas merecidas vacaciones. Lo que pocos imaginan es que ese viaje puede convertirse en una pesadilla mecánica con un coste desorbitado si no se toman ciertas precauciones y llegan las averías. El calor extremo del mes de agosto no solo afecta a las personas, también pone al límite la mecánica de los vehículos, provocando fallos que, si no se detectan a tiempo, pueden vaciar tu cuenta corriente en septiembre.
La mayoría de estas averías dan señales claras antes de romperse del todo. Ignorarlas por falta de tiempo o desconocimiento puede salir muy caro. Por eso, conviene saber qué piezas sufren más con las altas temperaturas, cómo anticiparse a los fallos y qué medidas puedes tomar para evitar que tus vacaciones terminen en el taller, enfrentándote a una factura de hasta 3.500 euros.
4Transmisión y aceite del motor: el verdadero peligro oculto para las averías

Aquí es donde las consecuencias pueden ser más dramáticas. Las temperaturas extremas degradan el aceite más rápidamente, reducen su capacidad de lubricación y pueden causar daños severos en el motor o la caja de cambios. Y cuando hablamos de reparar o sustituir estos componentes, los números asustan.
Una reparación menor puede costar 80 euros, pero si el daño es grave, puedes llegar a pagar más de 3.500 euros. El problema es que este tipo de fallos no siempre dan señales claras hasta que ya es demasiado tarde. Revisar el nivel y la calidad del aceite, y cambiarlo si es necesario antes de las vacaciones, es una decisión inteligente que puede salvar tu motor y tu presupuesto.