La velocidad siempre ha estado en debate en España. Desde que en 1992 se fijó el límite de 120 km/h en autopistas y autovías, la norma se ha mantenido prácticamente intacta, pese a las demandas de quienes miran con envidia a países vecinos donde pueden circular más rápido. Francia, Italia o Austria permiten 130 km/h, mientras que Alemania aún conserva tramos sin restricciones.
Ahora, por primera vez, España se plantea dar un salto histórico: un tramo de la AP-7 en Tarragona ya está probando un sistema de inteligencia artificial (IA) capaz de autorizar, en condiciones concretas, circular hasta 150 km/h sin que eso suponga una multa. El proyecto piloto ha reabierto el debate sobre seguridad, emisiones y la forma en que entendemos nuestras autopistas.
6¿El futuro de las autopistas españolas?
El experimento de Tarragona se prolongará durante 2025 y 2026, recopilando datos de seguridad, impacto ambiental y aceptación social. Si los resultados son positivos, el Ministerio de Transportes podría extenderlo a otras autopistas con baja densidad de tráfico, especialmente en zonas de Castilla-La Mancha, Aragón o León.
El debate está servido. Para algunos, subir a 150 km/h es una modernización lógica en un país con carreteras de gran calidad y vehículos cada vez más seguros. Para otros, un riesgo innecesario que solo incrementará el gasto energético y la gravedad de los accidentes. Sea como sea, España ha abierto la puerta a un modelo en el que ya no manda una señal fija, sino un algoritmo que decidirá en cada momento la velocidad.








