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Audi Q2. Nuevos horizontes

Dicen los responsables de Audi que el 50 por ciento de los clientes que compren el nuevo todocamino Q2 serán clientes de conquista, es decir que serán compradores que nunca antes habían tenido un modelo de la marca de los cuatro aros. No es una mala cifra, sobre todo teniendo en cuenta que el precio de partida del Q2, con el motor de gasolina de 3 cilindros y 116 caballos, se ha fijado en 25.950 euros, alrededor de 1.500 euros por encima del precio de su rival más directo el Mini Cooper Countryman. Sin embargo este Audi, que llega para situarse por debajo del Q3 y que incluso podría restar ventas a algunas versiones del A3 Sportabck, tiene poderosas razones para posicionarse no sólo en el puesto Premium que le corresponde si no por delante de un rival británico que cede en muchos aspectos en sus últimos meses de vida antes de que llegue su sustituto.

El Q2 mide 4,19 metros de longitud, 1,79 de anchura y 1,51 de altura, es decir que es un poco más largo que el Mini pero más bajo y ancho. A nuestro juicio, tiene una altura ideal porque el puesto de conducción está posicionado entre el normal de un A3 y el ya más elevado de un Q3. Y ello permite acceder mejor al habitáculo y al mismo tiempo reducir inercias al bajar el centro de gravedad sin sacrificar espacio. Porque el Q2 no ofrece un interior de limusina pero la altura en las plazas traseras es muy buena, el espacio para las piernas es correcto para gente de gran estatura y generoso para el resto, y el maletero de 405 litros, con un doble fondo muy practico y una bandeja que se puede situar en dos posiciones, supera el volumen del Countryman e incluso el de rivales más grandes.

Un interior luminoso

A pesar de su contenido tamaño exterior, el interior se muestra luminoso, agradable y nada agobiante, aunque nos ha dado la impresión de que la palanca de cambios manual, que está bien posicionada en altura, queda algo retrasada y en función de la posición del conductor respecto al volante y la marcha a engranar a veces hay que forzar el movimiento natural de la maniobra. En cualquier caso sirve de gran ayuda la generosa regulación en profundidad y en altura de un volante de diseño y grosor adecuados, aunque preferimos el redondo en vez del que tiene la parte inferior plana, más deportivo pero algo incómodo al maniobrar.

Como todos los Audi, el Q2 está construido sin descuidar ni un milímetro, con esmero y materiales de una calidad extraordinaria. Y esta percepción se traslada a todas y cada una de las acciones que uno emprende a la hora de ponerse en marcha. El tacto de los mandos, el sonido al cerrar las puertas, el recorrido del pedal de freno… Audi lleva tiempo enpeñada en que hasta el último rincón de sus coches transmita calidad y ese trabajo lleva tiempo teniendo su recompensa. Y el Q2 no es ajeno a esta filosofía ya que no falta ni un detalle correspondiente al mundo Premium al que pertenece. Sin embargo nos ha extrañado, y ni un solo ingeniero nos ha sabido explicar el motivo de su ausencia, que las plazas delanteras dispongan de asideros, incluso en el lado del conductor, y en las traseras éstos ni estén ni se les espere. Un lunar que no empaña el trabajo que los ingenieros han dedicado a su nuevo todocamino.

Motor16

Un tricilíndrico muy agradable

El primer Q2 que probamos es el 1.0 TFSI de tres cilindros y 116 caballos, un motor que sorprende por su respuesta y la ausencia del típico ruido y vibraciones asociados a este tipo de propulsores. Es verdad que el trabajo de insonorización realizado es muy bueno, y lo notamos también con unos motores diésel no especialmente silenciosos, pero lo cierto es que Audi ha contrarrestado perfectamente las desventajas de este motor tricilíndrico de un litro de cilindrada y hay que ser un experto o prestar mucha atención para descubrir sus características. Y eso que no ha utilizado el típico eje de equilibrado. Ademas los 116 caballos parecen más por la simple razón de que el coche pesa solo 1.205 kilogramos, 135 menos que un Mini Countryman equivalente cuyo tamaño además es menor. Y durante esta primera toma de contacto hemos medido un consumo de 5,0 l/100 km a una velocidad mantenida de 90 km/h y 6,2 l/100 km a 120 km/h. Cifras elocuentes que hablan de un objetivo conseguido claramente.

También muy agradable es el turbodiesel de acceso, un 1.6 TDI de 116 caballos que mueve con alegría el conjunto siempre que no se busquen prestaciones de GTI, se pretenda tirar de un remolque pesado o viajar habitualmente con mucha carga. Para este tipo de utilización o para clientes que no se conforman con unas prestaciones correctas, Audi ofrecerá su Q2 con motores de 150 y 190 caballos tanto en gasolina como en diésel, unos propulsores que ya convierten al Q2 en un modelo de altas prestaciones con pocas lagunas.

Motor16

Todos los motores de 116 y 150 caballos van asociados de serie a un cambio manual de seis velocidades pero opcionalmente pueden llevar un cambio S tronic de 7 velocidades. Los de 116 caballos utilizan el cambio de dopble embrague ya conocido mientras que los de 150 y 190 caballos se aprovechan de un S tronic de nuevo desarrollo cuyos dos embragues funcionan bañados en aceite en vez de en seco y con un solape de marchas mucho más cercano que facilita menor caida de revoluciones.

Gran aplomo en marcha

El Q2 se planta sobre el asfalto con una gran solidez y aplomo que transmite seguridad y agilidad. Su gran anchura de vias, su bajo peso, la gran rigidez de la plataforma MQB (la misma del Audi A3, del VW Golf o del Seat León), y la eficaz puesta a punto de muelles y amortiguadores facilitan mucho las cosas a un modelo fácil y agradable de conducir en ciudad y autovía pero que también acepta sin pestañear un uso más radical en una carretera de montaña repleta de curvas. El todocamino más pequeño de Audi apenas balancea y traza las curvas con tiralineas gracias a la nueva dirección progresiva. Los modelos de tracción delantera lleva un sencillo, ligero y más económico eje trasero por barra de torsión, mientras que los Q2 de tracción total recurren a un eje trasero multibrazo sobre todo por cuestiones de espacio para albergar el sistema quattro de tracción a las cuatro ruedas.

Además, habrá suspensión Sport con altura rebajada 10 milímetros para los acabados S Line y una suspensión regulable con doble tubo de gas y una válvula electromagnética. Y el 'Audi Drive Select' del Q2 tendrá un modo 'offroad', tanto para las versiones de tracción delantera como para las de tracción a las cuatro ruedas. Este programa garantiza una tracción óptima en arena, en terreno con piedras sueltas y en zonas complicadas. El modo 'offroad' también adapta el sistema antibloqueo de frenos y el bloqueo electrónico de diferencial a las respectivas superficies.

Aunque el interior del Q2 está cuidado al máximo sorprende que se utilice de serie una pantalla de 7 pulgadas (puede llegar a ser de 8,3) que no es táctil y cuyo manejo se realiza desde un mando de control giratorio. Sin embargo el nuevo modelo alemán abruma con un despliegue de equipamiento de serie u opcional que incluye desde el conocido 'Audi Virtual Cockpit' a la eSIM una tarjeta SIM instalada en el coche de forma permanente que los clientes adquieren en combinación con el paquete opcional Audi connect. Pasando por un equipo de sonido Bang & Olufsen con 14 altavoces y 705 vatios de sonido envolvente 5.1. Esto incluye los servicios de Audi connect a bordo del vehículo, incluyendo la navegación con Google Earth y Google Street View, información sobre tráfico, viajes o aparcamiento y acceso a Twitter. En cuanto a los asistentes a la conducción, el Q2 los hereda de modelos de segmentos superiores como el Audi pre sense front o el control de crucero adaptativo entre muchos otros.

Audi abre el periodo de pedidos para su nuevo Q2 en estos días aunque las primeras unidades no se entregarán hasta el próximo mes de noviembre. Y sólo ha comunicado dos precios, los 25.950 euros para el 1.0 de 3 cilindros y 116 caballos en gasolina y los 26.400 euros para el 1.6 TDI de 116 caballos.