La presentación oficial del Audi A5 ha dado el pistoletazo de salida a una nueva era en la firma de los cuatro aros, con una de las renovaciones de gama más profundas que se recuerdan. Para quien no esté al día del asunto, el Audi A4 desaparece tal y como lo conocemos (la denominación seguirá viva, pero para un modelo 100 % eléctrico) y pasa a denominarse A5, con dos carrocerías: Sportback y Avant.
Su hermano mayor, dentro de la gama dotada de motores de combustión, va a ser el A7 (heredero del A6), de que hemos ido conociendo detalles en las últimas semanas. Y la más importante es que se mantendrá la carrocería sedán de cuatro puertas que ha acompañado al A6 durante toda su viuda comercial, al igual que a sus antecesores.
Esta es la segunda vez que nos encontramos con el A7 Sedán, una denominación que no es 100 % definitiva, sobre todo en el caso de nuestro mercado. De hecho, en España hace tiempo que Audi eliminó este ‘apellido’, algo que va a ser la tónica también en los próximos lanzamientos; por ejemplo, el sustituto del A4 se denomina A5 ‘a secas’ en la configuración de cinco puertas, y se mantiene el Avant para el familiar. Sin embargo, el A6 e-tron sí adopta la terminología Sportback.
El nuevo Audi A7 mantendrá las dimensiones de su antecesor
Más allá de estos detalles básicos, lo cierto es que todavía no disponemos de mucha información sobre este nuevo Audi A7. Desde el punto de vista estético, está claro que seguirá una línea muy similar a la del mencionado A5, con las manetas enrasadas en la carrocería, lo faros en forma de lágrima y la parrilla más estilizada en que en el actual A6. Sea como fuere, no serán cambios rompedores, sino que mantendrá un estilo continuista como es habitual en los productos de Audi.
Tampoco habrá grandes cambios de tamaño; de hecho, el actual A6 ya es un coche grande, con 4,94 metros de longitud, un centímetro más que el A6 e-tron. Bien es cierto que el crecimiento del A5 (4,83 metros) les ha acercado bastante en este sentido, por lo que quizá aumente unos centímetros. Cabe recordar que uno de sus grandes rivales, el BMW Serie 5, ha superado la barrera de los 5 metros en su última generación; en concreto, 5,06 metros. En cuanto a la plataforma, será la PPC (Premium Platform Combustion), al misma empleada en el A5.
Donde sí habrá una ruptura absoluta será en el habitáculo, que se digitalizará por completo. Probablemente el del A7 será muy parecido al del Audi Q6 e-tron, cuyo aspecto más llamativo lo encontramos en el llamado Audi MMI panoramic display, que combina un cuadro de instrumentos digital de 11,9 pulgadas, con la pantalla central táctil de 14,5 pulgadas y la opción de añadir una tercera pantalla de 10,9 pulgadas frente al asiento del acompañante.
Respecto a la gama de motores del nuevo Audi A7, tendrá bastante en común con la del A5. Este ofrece tres opciones de gasolina, dos sobre el bloque 2.0 TFSI con 150 y 204 CV, y otra sobre el 3.0 TFSI de seis cilindros, para la versión S5. En diésel, la única alternativa es un 2.0 TDI con 204 CV y un sistema de hibridación ligera, que también acompaña al 3.0 TFSI.
Es de esperar que en el caso del A7 haya opciones de mayor potencia, especialmente en lo que a los diésel se refiere, probablemente con alguna opción de seis cilindros. Tampoco faltarán las versiones híbridas enchufables con más de 100 kilómetros de autonomía eléctrica y, quizá, un RS 7 con esta silueta para competir con el BMW M5. Obviamente, en este caso no habrá versión 100 % eléctrica, pues esa parcela la cubre el A6 e-tron.
La llegada del Audi A7, tanto en carrocería de cuatro puertas como en la familiar Avant, se producirá con mucha probabilidad a principios de 2025, aún con una gama reducida.