¿Imaginas a un fabricante de electrodomésticos dando el salto a la industria de los superdeportivos? En el competitivo mundo de la automoción, las sorpresas llegan desde los lugares más inesperados. Y es exactamente lo que está ocurriendo con Dreame. Esta empresa china, que se ha hecho un nombre gracias a sus aspiradoras inteligentes, pretende desafiar toda lógica: crear el coche de producción más rápido del mundo.
Su objetivo no es menor. Dreame quiere medirse con nombres que representan la cúspide de la ingeniería automotriz, como Ferrari, Bugatti o Koenigsegg. Y lo quiere hacer apostando por la electrificación total, una tecnología que no solo ha revolucionado al automóvil convencional, sino que ahora amenaza con reescribir las reglas del juego en el exclusivo segmento de los hypercars.
3La batalla por el coche más rápido del mundo

Actualmente, el título de coche de producción más veloz lo ostenta el SSC Tuatara, que alcanzó los 474,8 km/h. En el campo de los eléctricos, el BYD YangWang U9 Track Edition marcó un registro de 472,41 km/h. Dreame quiere superar esas cifras y proclamarse como el nuevo referente en velocidad. De conseguirlo, cambiaría por completo la percepción del público sobre la marca.
El movimiento no es casual. En la era de la electrificación, los récords de velocidad se han convertido en una poderosa herramienta de marketing. Rimac, Bugatti o Koenigsegg, o incluso Ferrari o Porsche, compiten por el título de «dios del viento». Dreame ve en este terreno una oportunidad para hacerse un hueco inmediato en la conversación global.