¿Imaginas a un fabricante de electrodomésticos dando el salto a la industria de los superdeportivos? En el competitivo mundo de la automoción, las sorpresas llegan desde los lugares más inesperados. Y es exactamente lo que está ocurriendo con Dreame. Esta empresa china, que se ha hecho un nombre gracias a sus aspiradoras inteligentes, pretende desafiar toda lógica: crear el coche de producción más rápido del mundo.
Su objetivo no es menor. Dreame quiere medirse con nombres que representan la cúspide de la ingeniería automotriz, como Ferrari, Bugatti o Koenigsegg. Y lo quiere hacer apostando por la electrificación total, una tecnología que no solo ha revolucionado al automóvil convencional, sino que ahora amenaza con reescribir las reglas del juego en el exclusivo segmento de los hypercars.
2Un motor nacido de una aspiradora

El corazón del proyecto es un motor eléctrico derivado de la tecnología empleada en su aspiradora Dreame Z50 Station. Este pequeño dispositivo es capaz de girar a 200.000 revoluciones por minuto, una cifra muy superior a la de los motores eléctricos convencionales. Dreame planea escalar esta innovación para desarrollar un sistema de propulsión de altas prestaciones.
El reto es monumental, pero la compañía china confía en que su experiencia en motores compactos y eficientes pueda trasladarse al mundo de la automoción. Según Dreame, esta tecnología permitirá lograr un rendimiento explosivo y, al mismo tiempo, una eficiencia superior, dos factores clave para alcanzar velocidades que puedan rivalizar con récords establecidos.