La seguridad en carretera se ha convertido en uno de los grandes retos de la movilidad. Aunque los avances en los automóviles han sido enormes gracias a los sistemas ADAS, los motoristas seguían siendo un colectivo especialmente vulnerable. Una caída, un despiste o un error de otro conductor tienen consecuencias mucho más graves cuando se viaja sobre dos ruedas.
Por ello, la industria ha desarrollado los sistemas ARAS (Advanced Rider Assistance Systems): un conjunto de tecnologías que utilizan sensores, radares y cámaras para anticiparse al peligro y ayudar al motorista en situaciones críticas. No sustituyen al conductor, pero sí lo acompañan, aumentando sus reflejos y su capacidad de reacción.
6El futuro de la seguridad en dos ruedas

La evolución de los sistemas ARAS apenas está comenzando. Cada vez más fabricantes de motos los incorporan en sus modelos de gama alta, y poco a poco irán llegando al resto del mercado. Al igual que sucedió con el ABS hace años, su adopción masiva es cuestión de tiempo y regulación.
El futuro apunta a una integración aún mayor con la conectividad, el big data y la inteligencia artificial. ¿Imaginas una moto capaz de comunicarse con todos los vehículos a su alrededor, anticipar maniobras y evitar colisiones antes de que siquiera aparezcan en la vista del conductor? Ese horizonte está más cerca de lo que pensamos y supone un paso decisivo hacia una movilidad más segura.