Aparcar en la ciudad puede ser misión imposible. La escasez de plazas y las normativas locales lo convierten en todo un reto para los conductores. Después de largo rato dando vueltas, uno puede caer en la tentación de estacionar donde no debe, como delante de un garaje sin placa de vado. Pero, ¿qué ocurre realmente si lo haces?
Al no estar señalizado, puede parecer que aparcar frente a un garaje está permitido. ¿Acaso hay cartel alguno que lo prohíba? Pues cuidado, porque según determina el Reglamento General de Circulación (RGC), esta suposición puede salirte muy cara. ¿Por qué? A continuación, te lo explicamos.
5Ojo a las marcas viales: la línea amarilla

Muchos accesos a garajes sin placa de vado están marcados con una línea amarilla en el bordillo. En este caso, si la línea amarilla es continua, está totalmente prohibido tanto estacionar como parar en ese tramo. Si es discontinua, se permite la parada, pero no el estacionamiento. Podrías detenerte un instante sin apagar el motor, pero nunca dejar el coche allí.
Esas marcas viales tienen la misma validez que una señal vertical. Si hay una línea amarilla continua en la acera del acceso, aunque no tenga placa de vado, aparcar se considera infracción. Los vados que tienen restricción horaria deberán indicarlo con una señal vertical. Si no la hay, la prohibición se entiende como permanente.