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Conducimos el Toyota Yaris GRMN. Multivitamínico

La temporada pasada Toyota regresaba al Mundial de Rallyes, una competición que dominó en los años 90 con cuatro títulos de pilotos -entre ellos los dos de Carlos Sainz- y tres de constructores; y lo hacía con el Yaris WRC, una criatura que ha servido de inspiración para lanzar una radical versión de este utilitario, y así tapar las bocas de quienes dicen que Toyota sólo sabe hacer híbridos.

Gazoo Racing se ha encargado del proyecto, y son los 'padres' de este Yaris GRMN, del que fabricarán 600 unidades: 200 Vitz GRMN para Japón y 400 Yaris GRMN para Europa. Pero no corras, porque en 72 horas colgaron el cartel de 'todo vendido', a pesar de que cada pieza acaricia los 30.000 euros en España.

Gazoo Racing tenía como objetivo superar la barrera de los 200 caballos para entrar en el 'top ten' de los utilitarios más potentes. Su solución fue recurrir al motor 2ZR-FE, un corazón ideado por Toyota UK para Lotus, empresa que le instala un compresor y revisa otros muchos componentes para extraer 212 CV y 25,5 mkg de par máximo, de forma que sólo el motor 1.6 TCe del Clio R.S. es algo más potente.

Pero tras analizar su discreta imagen -porque sólo le delatan el alerón trasero, el escape central y los adhesivos-, nos acomodamos en sus asientos -mantiene las cinco plazas y los 286 litros de maletero-, que rozan la perfección. Para lograr una postura ideal, el volante, heredado del GT86, debería tener más recorrido de regulación en profundidad, aunque te acabas acostumbrando.

Motor 1.8 VVT-i

Arrancamos este 1.8 VVT-i sobrealimentado mediante un compresor Eaton, una solución única en su segmento y que le convierte en un motor realmente agradable, porque su elevada cilindrada y su compresor, que trabaja desde que lo ponemos en marcha, se traducen en empuje desde el ralentí y hasta las 6.900 rpm a las que corta inyección. Sin altibajos.

No equipa Start/Stop, y la firmeza de sus suspensiones hacen que la ciudad no sea su hábitat ideal. Aunque, eso sí, con 6,4 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h podrías ir haciendo 'stop&go' entre semáforo y semáforo.

Fuera de la ciudad tampoco te lo vas a pasar mal, aunque el Yaris GRMN no sea para viajes largos. Su corto desarrollo en sexta y su deportivo escape -ojo con lo que cuelga el silenciador trasero- realzan los decibelios en el interior. Y al cabo de 100 kilómetros irás pidiendo el paracetamol.

Pero cuando aparezcan las curvas, la diversión se multiplicará por infinito. Gazoo Racing no ha escatimado en gastos, y ha recurrido a Sachs Performance para desarrollar sus suspensiones -aparecen nuevos refuerzos, muelles, amortiguadores, barras estabilizadoras…-; Advics fabrica su equipo de frenos con discos delanteros ranurados de 278 milímetros y pinzas de cuatro pistones -el que decidió que fueran blancas… no tuvo su mejor día, pues te pasarás el día limpiándolas-; BBS suministra sus llantas forjadas de 17 pulgadas, que ahorran dos kilos por rueda… Y todo esto se traduce en una dinámica sensacional y en un 'feeling' total, ayudado por un eje trasero que se insinúa a la mínima si quitas gas en los apoyos, lo que hace que no tengas que ir a fondo para divertirte con este Yaris. Todo se controla con suma facilidad a base de acelerador y dirección. Vital es su autoblocante mecánico Torsen, que evita las pérdidas de tracción y te da control absoluto sobre el eje delantero, tanto acelerando como frenando. Y es que este salvaje Yaris es, probablemente, el mejor coche de su clase.