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Conducimos el Suzuki Swift Sport. Espíritu de GTI

En estos tiempos en los que lo políticamente correcto tiene que ver con la eficiencia o el respeto por el entorno, es de agradecer que haya marcas que sigan apostando por la deportividad, el comportamiento dinámico y la diversión al volante como señas de identidad. Y eso es algo que Suzuki mantiene con esta nueva generación del Swift Sport, un pequeño GTI, pero todo un GTI.

La fórmula para lograrlo no pasa por grandes alardes; simplemente por poner los elementos en su justa medida y en su orden. Pequeñas dimensiones, un bajo centro de gravedad que ofrezca el mayor aplomo y agarre, un peso contenido y un motor con garra, potencia y empuje suficientes son los requisitos de lo que se conoce por GTI. Y todos esos requisitos los cumple, y con buena nota, el modelo de Suzuki. Un coche que en eso de la deportividad tiene tradición y va a ser el coche de la Copa Suzuki Swift del Campeonato de España de Rallys 2019.

Y esa deportividad clásica se mezcla con las últimas tecnologías. Para empezar, está desarrollado sobre una plataforma de nueva generación que reduce el peso e incrementa la rigidez, lo que garantiza un mejor comportamiento del vehículo, pues reduce nada menos que 80 kilos el peso para firmar 975 kilos en la báscula.

Crece en anhura y es más bajo

La ligereza está garantizada y el aplomo también con una carrocería que mantiene la misma longitud -3,89 metros- pero crece en anchura y es más bajo que el anterior Swift Sport, con lo que 'se planta' aún mejor sobre el asfalto. Hay mucho trabajo en las suspensiones, con un McPherson con amortiguadores Monroe en el eje delantero. Y atrás dispone de una suspensión diseñada expresamente para este modelo, con barra de torsión y también con amortiguadores Monroe. Y los frenos, con discos ventilados delante de 16 pulgadas y macizos detrás de 15, garantizan un comportamiento a la altura.

Para mover el coche se ha optado por decir adiós al clásico 1.6 de 136 caballos y sustituirlo por el 1.4 BoosterJet de 140. Gana con ello 4 caballos de potencia; pero la principal mejora está en la manera de entregar la energía y de empujar. Porque este motor de inyección directa alcanza la potencia máxima a 5.500 vueltas -frente a las 6.900 del anterior- y el par máximo mejora de manera ostensible, pues los 16,3 mkg a 4.400 vueltas del anterior Swift Sport se convierten aquí, nada menos, que en 23,5 mkg, disponibles entre 2.500 y 3.500 vueltas. Más potencia, por tanto, pero también mucho más brío y con un empuje instantáneo.

El cambio para gestionarlo es una caja manual de 6 velocidades, con una palanca de recorridos cortos y bastante precisa que hará las delicias de los 'carreristas' -hay una variante automática, pero no va a estar disponible en España-.

Traducir todos estos datos a sensaciones al volante es el siguiente paso. Para ello, hemos hecho un recorrido que nos ha llevado de Madrid a La Granja de San Ildefonso aprovechando la orografía y las divertidas carreteras de la Sierra de Guadarrama. Es un GTI, pero en él brilla la comodidad, pues las suspensiones ofrecen la dureza justa que garantiza la estabilidad pero sin perjudicar a los ocupantes. Muy vivo de reacciones gracias a su escaso peso,solo hay que insinuarse al acelerador para que el Suzuki responda inmediatamente y con alegría -aunque también hay que jugar con el cambio, pues los desarrollo tiran a largos-. La dirección es precisa y con la dureza justa y los frenos cumplen con nota.

Enlazamos curvas tanto de subida como de bajada durante nuestro recorrido y en cada una no solo aumenta el ritmo, sino también la sensación de confianza que transmite el coche, por su comportamiento noble y divertidísimo. Los 140 caballos y el empuje que ofrece demuestran que para conducir no hacen falta grandes potencias, sino una cifra justa que se acople, a la perfección, con las características del coche. Y en Suzuki han sabido hacerlo. Si a esto sumamos una dotación de elementos con los últimos avances en materia de comunicación y entretenimiento con un sistema multimedia que equipa una pantalla táctil con conexión del smartphone -a través de Apple CarPlay, Android Auto o Mirror Link-, radio digital DAB, cámara de visión trasera o navegador tenemos todo un GTI… pero del siglo XXI.