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Suzuki Swift. Ya lo hemos conducido

El Swift es uno de esos coches que pasa casi desapercibido y, sin embargo, es junto con el Vitara el modelo más importante de Suzuki; y a nivel mundial se venden más Swift que Opel Corsa o Fiat Punto.

La tercera generación del Swift es totalmente nueva, desde la plataforma -la nueva Heartect, que además de ser mucho más ligera reparte mejor el flujo de energía en caso de colisión- hasta el diseño. Respecto al actual, es 10 milímetros más corto, 15 más bajo y 40 más ancho, de forma que se potencia su aspecto deportivo y musculoso, combinándose con unas nuevas señas de identidad que tienen que ver con un parabrisas envolvente, unos faros verticales con luz día de leds, una parrilla más ancha y un techo de estilo 'flotante'. Si tiramos de números encontramos cifras que sorprenden, como una reducción de peso de hasta 120 kilos respecto al actual gracias, entre otras cosas, a los aceros de muy alta resistencia utilizados. O una aerodinámica mejorada un 8 por ciento, un 25 por ciento más de espacio en el maletero -pasa a ofrecer 265 litros- y un espacio interior que crece 23 milímetros en altura y anchura en las plazas traseras. En este sentido hay que decir que si al volante se sienta cómodamente un conductor de 1,86 de estatura, detrás otro pasajero de idéntica altura ni rozará con sus rodillas en los respaldos ni con la cabeza en el techo.

El Swift de tercera generación incorpora una nueva geometría delantera y un eje trasero del estilo al ya visto en el Vitara o el S Cross, que junto a la rigidez y ligereza de la nueva plataforma le ayudan a lograr un tacto de suspensión más flexible y, a su vez, ágil; al margen de una dirección más directa y precisa. Y se nota al volante con mayor solidez, un aplomo de coche grande, silencio de marcha y menos balanceos sin sacrificar comodidad.

Sistema híbrido SHVS

De las dos mecánicas disponibles probamos el 1.2 Dualjet de gasolina con 90 caballos y dotado del sistema híbrido SHVS, que combina un ISG (Integrated Starter Generator) que funciona como generador y como motor eléctrico, y una batería de ion-litio. Dicho sistema, que permite catalogar a este modelo como híbrido y que garantizará la pegatina ECO para entrar en las grandes ciudades con graves episodios de contaminación, implica un incremento de 2.500 euros porque va asociado a un equipamiento superior, pero aporta una potencia adicional de 3 caballos y funciona a la perfección en situaciones que requieren un gasto alto de combustible, como al arrancar desde parado. El ahorro con este sistema es de 0,3 l/100 km respecto al mismo motor sin SHVS. En nuestro recorrido, con dos personas y a buen ritmo pero respetando los límites legales, el Swift con este motor ha consumido 4,8 l/100 km, un magnífico dato. Este motor 1.2 se puede asociar a la tracción delantera o a la tracción total; y, además, es el único que puede combinarse con un cambio manual de 5 marchas o un CVT.

El otro propulsor es el 1.0 Boosterjet de tres cilindros y 111 CV dotado de turbo, que homologa un consumo medio de 4,6 l/100 km, o de 4,3 en caso de incorporar el sistema híbrido SHVS. Y en octubre llegará una versión Sport con el 1.4 Boosterjet de 140 CV.

El Swift se ofrecerá con acabados GLE y GLX; y estará disponible entre los 12.250 euros de la versión más económica -aplicados todos los descuentos- y los 15.950 del modelo más caro. Por su parte, la tracción total supondrá un incremento de 1.500 euros.