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Seat 4Drive Snow Camp. Bailando con lobos

Pongámonos en situación. Nos encontramos en un lago helado de Kuusamo, en Laponia, el hielo de dicho lago tiene un metro de espesor, la temperatura ambiente es de un grado centígrado sobre cero y luce el sol, un día magnífico que desde hacía mucho tiempo no veían por el lugar. Presionamos el botón de arranque de un Seat León Cupra ST 4Drive de 300 caballos equipado con ruedas que llevan 240 clavos cada una, y el mismísimo Juha Kankkunen, sentado a nuestro lado como copiloto, dice la palabra mágica: «Go!!!». No es un sueño, es verdad, y nos espera una hora de emociones tras la que llegará el verdadero premio de la jornada: cuatro vueltas al circuito helado sentados a la derecha del maestro.

Se trata de comprobar en estas circunstancias al límite la eficacia de la tracción total de Seat, un sistema 4Drive que recurre al Haldex de quinta generación con menos peso, mayor rapidez y máxima eficacia.

Sistema 4Drive

Seat lleva utilizando la tracción total desde el año 2000, momento en el que se presentó el León Cupra. A este le siguieron el Alhambra, el Altea, el León X-Perience… Y en estos momentos, un tercio de las ventas de Seat en todo el mundo se la llevan los modelos con este sistema de tracción, que no solo sirve para salir airoso de situaciones delicadas de adherencia. La tracción total mejora la motricidad, de eso no cabe la menor duda, pero también optimiza el comportamiento en curva sobre suelo seco, facilita el arrastre de un remolque y mejora la respuesta y la agilidad.

Antes de llegar al lago helado que tiene alquilado Kankkunen comprobamos la eficacia del sistema 4Drive en un Seat Ateca por caminos nevados entre bosques. Han caído recientemente 25 centímetros de nieve, pero el Ateca avanza sin inmutarse a pesar de la dificultad del recorrido. En este caso los coches van provistos de neumáticos de contacto sin clavos, y el resultado en estas condiciones, o una vez que salimos a un asfalto con una fina capa de nieve tras pasar la quitanieves, es de una eficacia total. No hay pérdidas de tracción, ni se presentan situaciones comprometidas. Eso sí, el estilo de conducción en este escenario tiene que ser fino y suave. Nada de movimientos bruscos con el volante, ni acelerones inesperados y, por supuesto, nada de frenazos enérgicos que hagan perder la compostura al coche.

Volvemos al circuito, porque el mítico Kankkunen, agarrado con su mano derecha al asidero y aparentemente tranquilo, nos observa con lupa en cada cruzada. Como no es la primera vez que rodamos en hielo y ponemos especial atención en que la conducción salga bien, Juha suelta el asidero y se acomoda en el asiento. El que llevemos dos vueltas y no nos hayamos -comprado ningún terrenito- ni hayamos hecho un trompo le da tranquilidad. De hecho, en un momento dado, y tras enlazar tres curvas de lado con aparente control de la situación, el mismísimo Kankkunen nos dice «nice driving», lo que nos llena de orgullo. Pero tras el comentario nos venimos arriba, nos desconcentramos y no hacemos bien las dos siguientes curvas. «Mantén el ritmo que llevabas, debes mover menos la dirección y no forzar tanto el contravolante, ser más suave, frenar más antes de llegar y meter medio gas mientras trazas para acelerar fuerte a la salida cuando tengas encarado el coche». Lo que me apunta Juha es justo lo que intento hacer desde el principio, pero no siempre sale como uno quiere en un entorno hostil al que no estamos acostumbrados. Y no será porque el León Cupra ST 4Drive no va de maravilla, ya que es progresivo y dócil en estas condiciones. Dos vueltas después, Juha coge el volante y es el momento de alucinar. Kankkunen, cuatro veces campeón del mundo, cruza el Cupra cómo y dónde quiere, pero lo mejor es que lo hace sin un aspaviento, ni un manotazo de más sobre el volante, sin apenas girar las ruedas, pero girando la cabeza para hablar conmigo tranquilamente y riendo.

Se nota que desde joven, mientras su padre leñador trabajaba en el bosque, hizo un pacto con el hielo. Y ahora, a sus 58 años, ese pacto sigue vigente.

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Hablamos con Jordi gené: Lo más importante, anticipación

M16: ¿Cómo nos explicarías brevemente el funcionamiento de la tracción total del León Cupra ST 300 4Drive?

Jordi Gené: El Haldex de quinta generación sabe leer lo que necesitamos en función de lo que estamos haciendo con el volante y lo que le pedimos con el acelerador, y es capaz de ir pasando la potencia a las ruedas delanteras o traseras. De esta manera estamos consiguiendo el máximo de aceleración al estar dando gas. En curva nos permite colocar el coche donde tú lo quieres llevar con el volante, pasando potencia al eje adecuado, y eso lo hace a una velocidad de milésimas de segundo.

M16: ¿Todos los pilotos van bien en nieve y hielo, o hay diferencias notables?

J.G.: La mayor diferencia entre los pilotos que no estamos acostumbrados a conducir sobre hielo respecto a pilotazos como Juha Kankkunen es la anticipación. Yo tengo que prepararme mucho mejor la curva antes de llegar a ella, lanzar el coche un poquito más para conseguir que el coche se mueva y me permita trazar. Él sabe leer más lo que necesitas de volante y lo que necesitas de gas para tener el coche colocado y ?bonito? sin tantos aspavientos.

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Driving Academy Juha Kankkunen. Experiencias inolvidables

La región de Laponia donde Kankkunen tiene sus escuelas está repleta de lagos que en invierno se congelan y permiten diseñar circuitos a la medida de todos los gustos y necesidades. En concreto, el piloto finlandés tiene alquilados tres lagos de diferentes tamaños y superficies para explotarlos con escuelas de conducción sobre hielo. El alquiler de estos lagos no suele tener letra pequeña, aunque sí hay cláusulas cuanto menos curiosas. Como la del anciano propietario de una casa al borde de uno de los lagos alquilados -justo en el que se realizaron esta vez las pruebas-, que tiene permiso para bajar todas las tardes con su taburete, hacer un agujero en el hielo y ponerse a pescar. La Driving Academy de Juha Kankkunen trabaja desde enero hasta finales de marzo, sobre todo con clientes de Audi, Volkswagen y Bentley, pero también con usuarios privados que pagan hasta 1.900 euros por un curso de un día, de 9 a 16 horas. Claro que ese curso, con monitores que son pilotos finlandeses de rallyes expertos en conducción sobre hielo -como Harri Rovampera o Harri Toivonen, o como el mismo Juha, y con coches de su escuela-, no se olvida nunca. Juha diseña sus circuitos y él mismo los traza a los mandos de un tractor especial. Para poder realizar los cursos, el hielo del lago debe tener un espesor mínimo de 40 centímetros. Y para que pueda entrar un tractor a trabajar sobre el trazado, el espesor requerido es de 50 centímetros. Pero a estas alturas del invierno, el espesor superaba el metro.