La Guardia Civil está siempre atenta a las acciones en la carretera, y no solo por lo que hacen los conductores. Si viajas en un coche como copiloto, ten cuidado porque hay cosas que parecen costumbres sin importancia, pero puede costarte muy caro. Si has pensado que por no ir al volante, la responsabilidad no era tuya, te sorprendería saber cuántas acciones que parecen inocentes desde el asiento del acompañante pueden convertirse en motivo de sanción, no solo para ti, sino también para quien lleva el coche.
Si te pica la curiosidad y quieres evitar sorpresas desagradables, sigue leyendo. Es muy probable que hayas hecho alguna de las cosas que hay en la lista.
1La importancia de llevar siempre una posición adecuada en el coche

Cuando te montas en un coche, lo primero es la seguridad. Y eso no es solo cosa del conductor. Tu postura como copiloto es fundamental, y hay una costumbre muy común por la que la Guardia Civil puede parar el coche y poner una multa: poner los pies en el salpicadero.
Es una imagen casi de película, y a menudo una señal de que vas a gusto en el asiento, pero la realidad es bien distinta. Llevar los pies apoyados en el salpicadero es una de las infracciones más conocidas y vigiladas. Piensa por un momento en lo que ocurriría si el coche sufre un impacto o una frenada de emergencia. El airbag, diseñado para protegerte, te podría impulsar contra el asiento o el techo, causándote lesiones muy graves en piernas, cabeza o columna, y no es una exageración: las consecuencias pueden ser devastadoras.
Además, al adoptar esta postura, el cinturón de seguridad no puede cumplir su función de forma correcta, aumentando el riesgo del temido efecto submarino, por el cual te escurres por debajo del cinturón. La multa por esta acción es de 100 euros. Y lo peor de todo es que la sanción recae sobre el conductor, porque es el responsable de que sus ocupantes viajen de forma segura, aunque el comportamiento indebido parte del pasajero.