La plaza de garaje es uno de los bienes más codiciados en las grandes ciudades. No solo por la comodidad de tener un espacio seguro para el coche, sino también por el precio al que cotiza en el mercado inmobiliario. Sin embargo, muchos propietarios creen que al tratarse de una propiedad privada pueden hacer con ella lo que quieran, desde almacenar muebles hasta montar un taller improvisado.
Pero nada más lejos de la realidad. La legislación española establece límites muy claros sobre qué se puede y qué no se puede hacer en un garaje comunitario. Porque aunque se trate de un elemento privativo, existen normas que lo vinculan directamente con la convivencia vecinal.
6La importancia del seguro en el garaje comunitario

Un aspecto que no suele mencionarse, pero que resulta fundamental, es el seguro. La ley exige que los garajes comunitarios estén cubiertos por una póliza que proteja frente a incendios, inundaciones o daños estructurales. Sin embargo, este seguro no se hace cargo de abolladuras o golpes provocados entre vehículos dentro del recinto.
Además, si un incendio se origina por objetos mal almacenados en una plaza de garaje, el seguro podría eximirse de cubrir esos daños. “De ahí la importancia de cumplir con las normas: si un vecino incumple y se convierte en causa indirecta de un accidente, podría enfrentarse a consecuencias legales y económicas muy serias”, advierte el abogado.