El verano trae consigo días más largos, vacaciones y viajes por carretera… pero también temperaturas extremas que pueden convertirse en un enemigo silencioso para tu coche. Cuando el termómetro supera los 40 grados, no solo es el conductor quien sufre el calor; cada pieza y sistema del coche se ve sometido a un esfuerzo extra que acelera su desgaste y aumenta el riesgo de averías.
La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) advierte que mantener la ITV al día y seguir un plan de mantenimiento preventivo no es solo una cuestión de papeleo, sino una garantía de seguridad en momentos críticos. Porque, en condiciones extremas, incluso un componente aparentemente en buen estado puede fallar de forma repentina.
6Escobillas y plásticos: deterioro silencioso del coche

El calor extremo y la exposición prolongada al sol no solo afectan a los sistemas mecánicos. Las gomas de las escobillas limpiaparabrisas se resecan y agrietan, perdiendo eficacia justo cuando se necesitan en caso de tormenta. Los plásticos interiores y exteriores también sufren, decolorándose, deformándose o incluso agrietándose con el paso del tiempo.
Proteger el coche del sol, utilizar parasoles y, cuando sea posible, aparcar en sombra, reduce estos daños. En zonas muy cálidas, aplicar tratamientos protectores para plásticos y gomas puede alargar su vida útil, manteniendo tanto la estética como la funcionalidad del coche.