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5 falsos mitos sobre la movilidad eléctrica que tienes que erradicar

Sobre los vehículos eléctricos circulan comentarios de todo tipo, tanto a su favor como en su contra.Muchos de ellos son ciertos, pero algunos no lo son o, cuanto menos, han dejado de serlo, aunque siguen pesando y mucho en la valoración que los consumidores hacen a la hora de plantearse su posible adquisición. Aquí os ofrecemos 5 de los que más habitualmente se oyen o se comentan, que ya han sido completamente desmentidosy que conviene erradicar del imaginario popular.

1. Son caros

El precio de los eléctricos sigue estando por encima del de los vehículos con motores térmicos y de otras tecnologías, pero ello es debido a que en nuestro país el mercado de los eléctricos aún es bastante reducido. Sin embargo, los nuevos incentivos que facilita el plan MOVES IIIy, sobre todo, la estabilidad en el tiempo que el presupuesto y condicionantes del plan tienen van a mejorar y mucho la situación.

De entrada, ahora puedes disfrutar de hasta 7.000 euros de rebaja en el precio del coche (promociones al margen) y de hasta 9. 000 euros si la compra es de una furgoneta eléctrica, siempre y cuando entregues un vehículo de 7 o más años de antigüedad para su achatarramiento.

Por otra parte, a la hora de valorar el precio de los eléctricos como gestor de una flota deberías tener en cuenta muchos más factores aparte del precio de adquisición del vehículo, dado que los eléctricos ofrecen costes de uso y mantenimiento manifiestamente más bajos que los de los vehículos térmicos que permiten compensar diferencias de precio de alrededor de los 11.000 euros en apenas cinco años.

2.- Poca autonomía

Si bien es cierto que los eléctricos de primera generación contaban con unos rangos de autonomía ciertamente escasos (apenas 150-200 km)la nueva generación que ya está en el mercado y que comienza a poblar las gamas de todas las marcas ya ha solucionado en buena medida el problema.

Actualmente ya hay a la venta modelos que superan holgadamente los 500 km de autonomía, distancia más que suficiente como para aguantar con una única carga durante toda la semana (la media diaria de uso de un vehículo en una ciudad como Madrid es de apenas 40 km/dia). Muchos de estos vehículos ya pueden incluso realizar viajes interurbanos de larga distancia (Barcelona-Alicante; Madrid-Sevilla; Bilbao-A Coruña,…)

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3.- Escasos puntos de carga

España sigue en el vagón de cola de los países de Europa con menor número de terminales de carga y, en especial, en lo referente a puntos de carga rápida. Sin embargo, los planes anunciados por las empresas energéticas del país comienzan a cumplirse y tanto las exigencias marcadas por los fabricantes a las instituciones como la implementación de los planes de ayuda por parte de las administraciones hace pensar que, en muy poco tiempo, el despegue de estas infraestructuras será una realidad.

Aún así, y pese al todavía escaso número de puntos de carga existentes, la redimplantada actualmente ya es suficientemente amplia como para acometer viajes por las grandes rutas viarias españolasy, sobre todo, poder recargar las baterias del coche en las grandes ciudades.

Si es cierto, por el contrario, que aún está por coordinarse un sistema de información actualizada que permita a los usuarios conocer y encontrar rápidamente la ubicación de puntos de carga disponibles en los que poder enchufar su vehículo para proceder a la recarga de sus baterías e, incluso, reservar anticipadamente el uso de los mismos para poder dirigirse a ellos sin temor a encontrarlos ocupados a su llegada.

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4.- Ofrecen menos prestaciones

Por el momento, es cierto que los vehículos eléctricos ofrecen menos prestaciones que los vehículos térmicos. Aún así, estas prestaciones son más que suficientes para superar holgadamente las limitaciones legales permitidas que rigen el uso de cualquier vehículo. Sus velocidades máximas están limitadas de origen por el fabricante (150-180 km/h) básicamente para ayudar a mantener la autonomía fijada por el fabricante del vehículo, lo cual no impide que los eléctricos ofrezcan una entrega más inmediata e incluso completa del par motor disponible en cada momento, lo que permite reforzar la sensación de seguridad y la emoción que significa conducir un automóvil. Esa mayor entrega instantánea del par facilita igualmente tanto las arrancadas del vehículo como, muy especialmente, la capacidad del mismo para integrarse a la circulación en una vía tras un stop o un ceda el paso.

Además, gracias a tecnologías como el e-Pedal, se logra una mayor eficiencia a la hora de la conducción del vehículo que facilitan lograr costes de uso muy reducidos.

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5.- Contaminan igual o más al fabricarlos

Los procesos de producción y posterior reciclaje de las baterías de un vehículo eléctrico contaminan más que las emisiones que produce un motor térmico convencional. Esta es una afirmación cierta, pero tiene una importante coletilla y es que esas mayores emisiones que se producen quedan muy ampliamente compensadas frente a la importante reducción de las mismas durante el ciclo vital convencional del uso del coche.

Durante estos años, los vehículos eléctricos eliminan por completo las emisiones de sus motores en todo momento con respecto a las que produce cualquier motor de combustión. Por esta razón, los motores eléctricos son como poco hasta un 57 por ciento más eficientes en cuanto a emisiones CO2 se refiere que las que producen los motores de combustión, teniendo en cuenta los ciclos vitales completos de ambos tipos de vehículos.

Además, los vehículos eléctricos tampoco emiten NOxni las tan temidas partículas en suspensión. Por todo ello, la movilidad de un vehículo eléctrico siempre será mucho más sostenible que la de cualquier vehículo con motor de combustión.