Con la llegada del otoño, muchas cosas cambian en nuestro día a día: bajan las temperaturas, sube la humedad ambiental, las lluvias son más frecuentes y las hojas cubren las carreteras. Tu coche también lo nota. Lo que durante los meses veraniegos parecía funcionar bien, puede empezar a fallar. Ya no es solo cuestión de frío o de lluvias; son los efectos acumulados del calor, el polvo, trayectos largos y desgaste que ahora se manifiestan con más facilidad.
Si no haces una puesta a punto, lo que empieza como un pequeño problema puede convertirse en una avería considerable, costosa, que no solo afecte a tu comodidad sino también al bolsillo. En algunos casos, reparar ciertos componentes al otoño puede salir por hasta 3.000 euros o más, dependiendo del modelo del coche, la gravedad y si se deja el fallo sin atender mucho tiempo.
4Luces, escobillas y visibilidad: lo que muchos descuidan

Una avería de coche muy frecuente con la llegada del otoño está relacionada con la visibilidad. Las lluvias, el oscurecimiento temprano, brumas, hojas, suciedad acumulada… todo ello obliga a que los limpiaparabrisas funcionen perfectamente y que las luces estén en buen estado. Muchas veces los faros delanteros están algo desenfocados, el haz de luz mal orientado, o incluso una bombilla fundida, lo que hace que la visibilidad empeore mucho.
Costes de reparación pueden ir desde los 50-150 euros para cambiar bombillas o escobillas. Si hay que reparar piezas del sistema eléctrico, regulación del haz, envolventes de faros o reemplazar faros completos, la factura puede superar los 500-800 euros fácilmente.