La tecnología en los coches modernos ha mejorado notablemente la experiencia de conducción, pero también ha hecho que estos vehículos sean más susceptibles a fallos electrónicos. Estas averías, aunque no siempre visibles a simple vista, pueden generar grandes dolores de cabeza, ya que suelen requerir la intervención de especialistas. Según Norauto, líder en mantenimiento integral del automóvil, existen cinco averías electrónicas que destacan por su frecuencia y complejidad, y que tarde o temprano pueden llevarte al taller.
Si acabas de adquirir un coche nuevo, es importante que conozcas estos problemas comunes para estar preparado y actuar a tiempo. Aquí te explicamos cuáles son y cómo detectarlas.
2Sensor FAP o de presión diferencial: el guardián del filtro antipartículas
El sensor FAP es el encargado de medir el grado de saturación del filtro antipartículas, una pieza clave para reducir las emisiones contaminantes de los vehículos diésel. Si este sensor falla o envía información incorrecta, el sistema de anticontaminación puede registrar una avería y encender un testigo en el cuadro de mandos.
Además de afectar la eficiencia del motor, esta avería puede provocar un aumento en las emisiones y, en algunos casos, la entrada del coche en modo de emergencia. La solución suele implicar la limpieza o sustitución del sensor, así como un diagnóstico detallado para evitar problemas futuros.
