¿Alguna vez te has parado a pensar si algunas de las normas que impone la DGT podrían acabar dañando tu coche? Puede sonar contradictorio porque se supone que las reglas están para mejorar la seguridad y el buen funcionamiento del tráfico. Sin embargo, un mecánico profesional tiene una perspectiva única y, en ocasiones, sorprendente sobre este aspecto. Y lo más sorprendente es que ha observado cientos de averías por cumplirlas normas de circulación.
En concreto, hay 3 reglas que pueden causar averías muy costosas, y que afectan de forma irremediable diversos componentes de tu coche..
1Los límites de la DGT en ciudad y su impacto en el motor

Las zonas urbanas son el primer campo de batalla para la mecánica de nuestros coches, y la normativa de la DGT tiene su parte. La reducción generalizada de la velocidad máxima a 30 km/h en muchas calles de las ciudades obliga a llevar un par de revoluciones muy alto en segunda y demasiado bajo en tercera, lo que produce un consumo mayor y más residuos, además de forzar el motor.
Además, cuando conduces en ciudad a bajas velocidades y con muchas paradas y arranques, la caja de cambios trabaja sin descanso. Estás cambiando de marcha todo el rato, lo que en coches de cambio manual significa un mayor desgaste del embrague. Una avería en el embrague es una de las más costosas, ya que requiere desmontar una parte importante del motor para reemplazarlo.
Pero el problema no solo afecta a los coches manuales. Los vehículos con cambio automático también sufren. Aunque no tienen embrague como tal, sus convertidores de par o sus sistemas de doble embrague se ven sometidos a un estrés continuo al gestionar los constantes cambios de ritmo. El aceite de la transmisión se calienta más y envejece antes, y los componentes internos sufren mayor fricción. Esto puede derivar en tirones, un funcionamiento errático del cambio o, en el peor de los casos, la necesidad de una reparación o sustitución completa de la caja, con el coste que esto supone.