La Guardia Civil de Tráfico tiene sus propios métodos para ‘cazar’ a los conductores que cometen infracciones en la carretera, al margen de los radares fijos, móviles y de tramo. Ya sabíamos que utilizan vehículos camuflados, como coches y furgonetas, pero ahora nos han confirmado cómo son las motos camufladas que ya están en nuestras carreteras para reforzar la seguridad vial.
A priori, pasan completamente desapercibidas en el tráfico y entre el resto de motoristas; pero si te fijas, hay ciertos detalles que delatan que el conductor es un agente de la Guardia Civil. Su objetivo es vigilar todo lo que ocurre en la carretera, pero lógicamente ponen el foco en los motoristas, que son uno de los colectivos más vulnerables en la carretera.
Si no quieres que te pillen por sorpresa, te contamos cuáles son las tres pistas que te pueden ayudar a reconocer una moto camuflada antes de que te multen.
Qué motos utiliza la Guardia Civil y cómo reconocerlas

El primer detalle clave es la marca y el modelo. Las motos camufladas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil no son scooters de 125 ni naked medias. Se trata de una BMW R 1250 RT, una gran turismo con 136 CV, motor bóxer, ABS Pro, control de tracción dinámico y parabrisas eléctrico. Lo último en confort y tecnología, pero también lo más habitual en flotas policiales.
Hasta ahora, solo las veíamos rotuladas. Pero desde hace meses, también patrullan unidades completamente discretas. ¿Cómo reconocerlas entonces? Pues aunque lleven colores comunes —negro o rojo, por ejemplo—, el conjunto da pistas:
- Maletas laterales rígidas (que rara vez vemos en motos particulares, salvo en grandes viajes).
- Pantalla parabrisas de gran tamaño.
- Neumáticos y discos en perfecto estado, muy por encima de lo que suele verse en uso particular.
Además, el motorista suele vestir como un agente: cascos integrales blancos, chalecos reflectantes con airbag integrado y equipación técnica de alta gama. Hay moteros que sí que invierten en su equipamiento, pero al final los agentes de la Guardia Civil llegan la protección y la seguridad a otro nivel. De hecho, han sido ellos mismos los que han publicado los modelos de motos camufladas que utilizan.
Tecnología oculta y un comportamiento ‘sospechoso’

La segunda pista es el equipamiento tecnológico. Aunque las motos camufladas no llevan luces ni sirenas visibles, sí montan cámaras de vigilancia. Suelen estar discretamente integradas en el frontal (bajo el parabrisas o en la parte alta del carenado) y en la zaga. Si ves una moto con una cámara montada en soporte rígido —no tipo GoPro deportiva—, mantén la distancia, porque te está grabando.
Pero hay algo todavía más curioso, y es el comportamiento en carretera. No verás acelerones bruscos, adelantamientos peligrosos ni que circulan por el arcén o sortean el tráfico, sino todo lo contrario. Los conductores suelen ir con calma, por debajo incluso del límite de velocidad permitido, y solo actúan si detectan una maniobra sospechosa o una conducta imprudente.
Y otro detalle que delata a la Guardia Civil es la manera de ‘posicionarse’ dentro del tráfico. No es raro que se queden varios segundos detrás de ti, o que se desplacen sin adelantar en rotondas, intersecciones o incorporaciones. Lo único que buscan es observar todo lo que ocurre en la carretera sin necesidad de intervenir. Y no siempre lo hacen, porque a veces simplemente observan y te multan sin que te enteres.
Y si dudas si es un agente camuflado o no, pregúntate si la moto parece estar buscando algo más que simplemente circular. Si la respuesta es afirmativa, puede que tengas una BMW camuflada y conducida por la Guardia Civil a tu lado.