El coche eléctrico sigue sin calar en el mercado español o, al menos, no lo hace a la velocidad necesaria para lograr los objetivos de descarbonización marcados. Lo cierto es que las compras de turismos cero emisiones apenas representan el 4,7% del total y los vehículos propulsados por gasolina y diésel siguen siendo la opción favorita para muchos conductores.
Así lo constata el Estudio Motor del Observatorio Cetelem, que ha analizado las tendencias de compra de coches en 2023 y que certifica que el precio sigue siendo el gran problema a la hora de adquirir un eléctrico y que solo el 15% de los compradores se decantaría por esta opción en primer lugar. El 66% de los conductores considera que los eléctricos son demasiado caros, frente al 55% que opina lo mismo de los híbridos.
Entre los compradores que sí se decantarían por aparcar un eléctrico en su garaje en los próximos 12 meses, el informe revela que estarían dispuestos a pagar de media unos 28.618 euros por hacerse con un coche de esta tecnología, una cifra claramente inferior a la de la mayoría de los modelos que oferta el mercado actualmente. Pese a ello, es un gasto algo mayor del que estarían dispuestos a realizar en la compra de un híbrido, que sería de 27.530 euros.
Razones para no comprar un eléctrico: la autonomía, los cargadores y el tiempo de carga
La cifra que invertirían en comprar un coche eléctrico tampoco es muy superior al dinero que gastarían en un coche nuevo de otra tecnología, que es de 24.000 €, mientras que en un modelo de segunda mano podrían gastar unos 13.000 € de media.
Aunque no tengan intención de comprarlo, un 57% de los encuestados por Cetelem (se entrevistó a casi 2.000 personas) cree en el futuro del coche eléctrico como solución para una movilidad más sostenible, porcentaje que sufre un importante descenso respecto al informe del año anterior, cuando se situaba en un 70%.
Entre los impedimentos que los españoles tienen en cuenta a la hora de adquirir un coche eléctrico, por detrás del precio se encuentran la autonomía (57%), seguido del hecho de no disponer de un espacio para la recarga (40%) y el tiempo de carga del vehículo (39%).
El precio, la falta de infraestructura de recarga o la desconfianza en los híbridos enchufables también son los escollos más citados a la hora de hacerse con un coche de esta tecnología.
Además, en el apartado de la autonomía, son cada vez más numerosos los conductores que requieren que esta sea mayor. De hecho, un 12% se conformaría con que fuera de 100 kilómetros, un 16% se decanta por un coche eléctrico que funcione entre 200 y 300 kilómetros sin recargar, un 26% elige la opción de disponer de una autonomía de entre 300 y 400 km, un 18% no lo compraría si la batería no rinde entre 400 y 500 km, y para el 21% serían necesarios más de 500 kilómetros sin enchufar.