Desde Bruselas llega una medida que promete sacudir el bolsillo de los conductores de diésel en España: una subida obligatoria de aproximadamente 11 céntimos por litro. Esta decisión forma parte de un paquete más amplio de condiciones vinculadas a los fondos europeos Next Generation. Lo que podría parecer una maniobra técnica para igualar precios entre combustible diésel y gasolina, encierra implicaciones políticas, económicas y medioambientales profundas.
En este artículo analizamos, con rigor, por qué se impone este incremento, qué impacto tendrá y cómo se ha llegado a esta encrucijada. Te contamos la verdad detrás del “subidón” fiscal.
6Negociaciones jurídicas y aspiraciones políticas

Desde Bruselas, la Comisión ha instado al Ejecutivo español a aplicar el impuesto antes del 11 de abril, tras múltiples plazos. España respondió con solicitudes de prórroga y diálogos técnicos, pero no logró el respaldo necesario en el Congreso
Ese fracaso político —incluso dentro del propio arco parlamentario— sitúa al país en una dinámica de dilaciones. El Ejecutivo puede prometer y negociar, pero sin mayoría suficiente, las condiciones Bruselas continuarán marcando el ritmo de los desembolsos. La Comisión ya había retenido pagos anteriores por incumplimientos en digitalización o empleo, por lo que no es una práctica nueva.