Conducir un vehículo implica una enorme responsabilidad. No solo hay que respetar las normas de tráfico, sino también tener la capacidad física y mental adecuada para hacerlo de forma segura. Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT), junto con el Reglamento General de Conductores, establece una serie de restricciones médicas que impiden obtener, renovar o mantener el permiso de conducción si se padecen determinadas enfermedades. La razón es clara: proteger la seguridad del propio conductor y de los demás usuarios de la vía.
De hecho, según los expertos de Cleverea, compañía especializada en seguros para automóviles y motos, circular con una enfermedad que inhabilite para conducir sin tener un informe médico favorable puede acarrear multas de hasta 6.000 euros, y lo que es peor: dejar al conductor sin cobertura del seguro en caso de accidente. A continuación, repasamos las diez patologías más comunes que pueden suponer una barrera para seguir al volante.
6Trastornos respiratorios: oxígeno y descanso

El sistema respiratorio también influye en la conducción. Problemas pulmonares graves pueden impedir manejar un vehículo. Uno de los casos más vigilados es el del síndrome de apnea del sueño, que obliga a obtener un informe favorable de una Unidad de Sueño para renovar el permiso de conducir.
Los pacientes con apnea no tratada tienen un mayor riesgo de quedarse dormidos al volante, lo que representa una amenaza directa en carretera para la DGT.