Durante años, Mate Rimac y Christian von Koenigsegg han protagonizado una de las rivalidades más intensas del mundo del motor. Sus marcas han competido por récords y cifras de verdadero infarto, pero ambos mantienen un profundo respeto mutuo y una admiración sincera por el trabajo del otro. Por eso, cuando Top Gear los reunió en su famosa pista de pruebas, el resultado no fue una batalla, sino un auténtico festival de ingeniería. A la cita también se unió Rob Dickinson, fundador de Singer, la firma responsable de las reinterpretaciones del Porsche 911 más deseadas del planeta. Aunque no fabrica hipercoches, sus creaciones tienen precios, acabados y sensaciones de ese nivel.
El Koenigsegg CC850 y su caja de cambios única
El gran protagonista fue el Koenigsegg CC850, el último hipercoche de la marca sueca. Mate Rimac fue el primero en ponerse al volante y quedó fascinado con su transmisión Engage Shift System, una caja manual de seis relaciones que también puede funcionar como automática de nueve velocidades. Rimac, acostumbrado a manejar coches extremos, disfrutó llevando el CC850 al límite y comprobando cómo Koenigsegg había logrado unir la tradición del cambio manual con la eficacia de una transmisión moderna. Rob Dickinson tampoco perdió la ocasión de probarlo, antes de que el propio Koenigsegg acompañara a Rimac en un paseo a bordo del exclusivo Bugatti Mistral.
Singer DLS: artesanía con alma de clásico
Más allá de los récords de velocidad, la pista también acogió una joya muy distinta: el Singer DLS (Dynamics and Lightweighting Study), una reinterpretación del Porsche 911 que combina materiales ultraligeros, diseño artesanal y un motor atmosférico con un carácter único. Tanto Koenigsegg como Rimac se pusieron al volante y coincidieron en que, aunque no es un hipercoche, transmite emociones muy similares. De hecho, Rimac confesó en el vídeo que ya había encargado su propio Singer, destacando la finura de su transmisión y la pureza de la experiencia de conducción.
El poderío eléctrico de Rimac
El encuentro concluyó con la Rimac Nevera R, la última evolución del superdeportivo eléctrico croata. Frente a la visceralidad del CC850 o el encanto clásico del Singer, el impresionante Nevera R ofrece un enfoque totalmente distinto: cifras de aceleración que parecen imposibles y un rendimiento en línea recta capaz de dejar atrás a cualquier rival de combustión. Quizá no emocione tanto por sonido o tacto, pero representa de forma clara hacia dónde se dirige el futuro del automóvil de altas prestaciones.
En definitiva, este encuentro en la pista de Top Gear no fue solo una prueba de coches, sino una celebración de la diversidad dentro del mundo del hiperdeportivo: Koenigsegg mira a la tradición, Rimac lidera la revolución eléctrica y Singer rescata la esencia del pasado.