Un estudio realizado por la Universidad Carlos III de Madrid concluye que la ITV (Inspección Técnica de Vehículos) evita cada año más de 15.000 siniestros viales, más de 13.000 heridos y unas 148 muertes en carretera, al detectar fallos y defectos en el automóvil que, muchas veces, no se perciben por parte del conductor.
Y una nueva campaña de la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) incide precisamente en esto. Bajo el título, «ITV: lo que no ves, importa», muestra el testimonio de tres personas que ponen en valor la inspección técnica para salvar vidas, más allá del mero trámite administrativo.
Con el lema, “A veces las mejores historias son las que no pasaron”, la campaña presenta las historias de Carlos, Laura y Eduardo, tres personas reales que, gracias a la ITV, conocieron defectos graves en sus vehículos y evitaron tragedias que podrían haber costado vidas.
Los fallos más graves detectados en la ITV
Los fallos en los frenos, el alumbrado o los neumáticos, como los que exponen los diferentes vídeos, se encuentran entre los defectos más detectados en la inspección. Aunque el defecto más común por el que un gran porcentaje de coches suspende es el mal funcionamiento de los sistemas de control de las emisiones contaminantes.
Pasar la ITV es obligatorio para todos los vehículos conforme cumplen determinados años, pero desde la asociación que agrupa a las ITV recuerdan también que no es necesario que llegue esa fecha para chequear el estado del automóvil y que se puede acudir también a una estación de inspección para realizar una revisión voluntaria, una medida preventiva que garantiza a los conductores el correcto funcionamiento de todos los sistemas de su vehículo.
Se trata de un tipo de inspección técnica que puede ser completa (si así lo solicita el interesado), como la que se realiza de forma obligatoria y periódica a todos los vehículos, o parcial, en la que únicamente se comprueba el correcto funcionamiento de algún elemento o sistema específico del vehículo, por ejemplo, el de frenos, dirección o emisiones. Este tipo de inspecciones suelen tener un coste menor al de una inspección periódica obligatoria y no afecta a la fecha de caducidad de la misma.
ITV favorable o negativa

Por lo que respecta a la inspección obligatoria, en ella, los técnicos controlan diferentes elementos del vehículo y emiten su evaluación que puede ser favorable, desfavorable o negativa.
La ITV favorable permite que el vehículo pueda circular con normalidad hasta que vuelva a caducar la inspección. En el caso de presentar defectos leves, el propietario debe corregirlos, pero no tiene la obligación de volver a la estación para comprobar la subsanación de los mismos.
Si la ITV es desfavorable supone que se han detectado en el vehículo defectos graves, que deben ser reparados y volver a la estación de ITV donde pasó la primera inspección en el plazo de dos meses para que el vehículo vuelva a ser evaluado.
En el caso de detectarse defectos muy graves, la inspección se considera negativa y el vehículo no está autorizado a abandonar la estación de ITV por medios propios, sino que tendrá que hacerlo transportado por una grúa hasta el taller de reparación y volver para comprobar la subsanación de los fallos.