Audi ha decidido que su futuro deportivo será eléctrico, descapotable y matriculable. El Concept C, presentado en Milán a principios de septiembre y posteriormente exhibido en el IAA de Múnich, no es uno de esos prototipos de salón que nunca verán la luz: tiene homologación de calle y anuncia un modelo de producción que llegará para ocupar el vacío dejado por el R8 en el catálogo de los cuatro aros. Y con semejante misión, el nuevo modelo de los cuatro aros se inspira en los legendarios deportivos que jalonan la historia de la firma alemana.
La propuesta del Concept C es tan clara como ambiciosa: combinar la emoción de la conducción a cielo abierto con la elegancia y practicidad de un techo rígido, todo ello sobre una arquitectura 100% eléctrica que promete una dinámica de conducción excepcional. La marca alemana habla de diseño, velocidad y emoción como pilares fundamentales, tres conceptos que no siempre han sido sinónimos de deportivos eléctricos, más asociados hasta ahora con aceleraciones brutales pero experiencias sensoriales frías.

El nuevo lenguaje de diseño de Audi
El diseño del Concept C establece un nuevo lenguaje visual que, según afirman en Audi, «jugará un papel definitorio en el futuro de la marca». Las proporciones, superficies y detalles construyen una identidad inequívoca basada en cuatro principios: claridad, atractivo emocional, excelencia técnica y diseño inteligente. Conceptos abstractos que cobran forma en un deportivo que busca reconciliar la pureza formal con la complejidad tecnológica inherente a un vehículo eléctrico de altas prestaciones.
Una de las grandes innovaciones de la firma -que quiere convertirse en tendencia en el sector- es cómo Audi ha abordado el habitáculo. En una era donde los fabricantes confunden digitalización con llenar el interior de pantallas, el roadster alemán propone lo contrario: tecnología sutil, integrada, que aparece solo cuando es necesaria y desaparece cuando no lo es.

Así en el salpicadero vemos cómo la pantalla principal de 10,4 pulgadas permanece oculta hasta que se activa, preservando un interior visualmente limpio. Los controles físicos no solo existen, sino que han sido diseñados con «alta calidad mecánica» y ese característico «clic Audi» que convierte cada accionamiento en una pequeña experiencia táctil. Los elementos de control hápticos en el volante y la consola central enfatizan la precisión operativa, mientras que los elementos digitales permanecen siempre accesibles pero nunca dominantes.
La selección de materiales y colores ha sido trabajada con «artesanía de calidad», creando no solo un espacio físico sino experiencias táctiles, visuales y emocionales. Es la apuesta de Audi por demostrar que un deportivo eléctrico puede ofrecer riqueza sensorial más allá de las cifras de aceleración.

Los deportivos que inspiran al nuevo Concept C
Los ingenieros de la marca han tenido muchas referencias para darle el inequívoco estilo a este modelo. La historia de la firma de Ingolstadt está repleta de deportivos legendarios como el TT, el R8, el RS 6 e incluso el Auto Union Type C. Una herencia competitiva que ahora quiere retomar el Concept C en un linaje de gran importancia que se ve claramente en tres de esos legendarios modelos: el TT redefinió el diseño deportivo accesible en los 90, el R8 compitió (y venció) contra supercars establecidos, y el RS 6 creó prácticamente una categoría propia.
El Concept C pretende continuar esa tradición en la era eléctrica, un salto que Audi describe como «audaz hacia una nueva era de claridad». La marca alemana ha demostrado que tiene una visión clara de cómo debería ser un deportivo eléctrico. Y su nueva creación generará tendencia con ese techo rígido retráctil, sus controles físicos o una pantalla que sabe cuándo hacerse invisible para que el conductor se fije en lo verdaderamente importante, que es la conducción.
Imágenes Audi Concept C
Fotos: Audi





























