Setenta años después de que Jean Rédélé empezara a esculpir su sueño en un modesto garaje parisino, Alpine lanza una película conmemorativa que condensa su alma en apenas tres minutos. La pieza audiovisual, concebida como un homenaje a la filosofía del fundador —transformar la ligereza en una virtud competitiva—, ofrece un recorrido vibrante por los momentos clave de una marca que ha sabido reinventarse sin perder su esencia.
La película arranca en blanco y negro, con ecos del pasado: las noches sin fin en las que Rédélé afinaba su Renault 4CV para ganar segundos al cronómetro. De ahí, salta con ritmo ágil por décadas de pasión y gloria: la creación oficial de Alpine en 1955, las legendarias participaciones en la Mille Miglia, Le Mans y el Rally de Montecarlo, el renacimiento de la marca en 2017 y, cómo no, el hito reciente en la Fórmula 1, con esa victoria en el Gran Premio de Hungría en 2021 que devolvió el nombre Alpine al podio de la élite.
La ligereza ha sido una de las obsesiones de Alpine desde 1955
Pero el relato no se queda anclado en la nostalgia. La mirada se proyecta hacia el futuro con el ambicioso «Dream Garage», el plan estratégico que encarna la próxima era eléctrica de Alpine. En el horizonte inmediato asoman dos modelos llamados a marcar una nueva etapa: el A290 y el A390. Este último, un sport fastback con ADN de competición, promete trasladar a la carretera esa alquimia de ligereza, agilidad y emoción que define a la firma francesa desde sus orígenes.
Dirigida por Antoine Bardou-Jacquet y producida por Partizan para la agencia BETC, la película adopta un lenguaje visual audaz que mezcla imágenes reales con animaciones inspiradas en el cómic, un recurso estético con raíces profundas en la cultura del automóvil. Todo ello aderezado con una potente banda sonora original compuesta por Start Rec, que acompaña este viaje entre generaciones con la intensidad que exige una historia como la de Alpine: forjada en curvas, victorias y una fidelidad inquebrantable a una idea de conducción pura.