En los últimos años, las ciudades españolas han vivido un cambio profundo en la forma en la que nos movemos. Los patinetes eléctricos y la bicicleta han pasado de ser una opción marginal a convertirse en protagonistas absolutos de la movilidad urbana. Cada vez más ciudadanos optan por estos medios de transporte por su rapidez, bajo coste y porque ayudan a evitar atascos y reducir la contaminación.
Sin embargo, el crecimiento acelerado del uso de bicicletas y patinetes también ha traído consigo nuevos retos. Las aceras se han convertido en un campo de batalla entre peatones y usuarios, las normas de circulación no siempre estaban claras y los accidentes han aumentado. Ante esta situación, muchos ayuntamientos han decidido actualizar sus ordenanzas para regular, de manera clara, qué se puede y qué no se puede hacer con estos vehículos en la vía pública.
1Por dónde puedes circular y por dónde no

Uno de los puntos más importantes de la nueva ordenanza es definir los espacios por los que patinetes y bicicletas pueden circular. Ya no basta con “usar el sentido común”: ahora hay reglas claras que todo usuario debe respetar.
Las bicicletas, por ejemplo, deben circular preferentemente por los carriles bici cuando los haya. Si no existen, podrán hacerlo por la calzada, pero nunca por las aceras, que quedan reservadas exclusivamente para peatones. En el caso de los patinetes, la norma es todavía más estricta: tampoco podrán ir por aceras, zonas peatonales ni parques, salvo que estén expresamente señalizados. En definitiva, la ordenanza busca evitar conflictos con los viandantes y garantizar un espacio seguro para todos.