El Ferrari Daytona Spyder que conducía Don Johnson en Corrupción en Miami nunca fue realmente un Ferrari. Cuando la casa de Maranello se negó a suministrar vehículos para la primera temporada de la serie, los productores recurrieron a McBurnie Coachcraft, en California, para crear réplicas convincentes. El resultado fue uno de los iconos automovilísticos más reconocibles de los años 80, y ahora una de las dos unidades construidas busca nuevo propietario a través de la web Catawiki.
La réplica del Ferrari Daytona que sale a subasta está construida sobre la base de un Chevrolet Corvette C3 de 1981. Fue Al Mardekian, importador de vehículos exóticos del mercado gris (fuera de los canales oficiales), quien vendió a la productora de Corrupción en Miami las dos réplicas del Ferrari Daytona por 49.000 dólares (aproximadamente 42.000 euros al cambio actual) cada una.
McBurnie fue contratado para construir las carrocerías de fibra de vidrio sobre los chasis Corvette. Se fabricaron dos unidades: el coche 4, basado en un Corvette de 1981, y el coche 1, construido sobre un modelo de 1976, que actuaba como vehículo de acción.
Esta subasta corresponde a una de estas dos unidades (recordemos que la tercera generación del Corvette se fabricó entre 1968 y 1982), que protagonizaron las dos primeras temporadas completas antes de despedirse de la serie con una explosión provocada por un lanzamisiles Stinger durante un trato ilegal de armas en una de las escenas más icónicas de la serie.

Un cuerpo de Ferrari Daytona con espíritu de Corvette de competición
Bajo la carrocería que imita fielmente las líneas del Ferrari Daytona Spyder late un motor Chevrolet V8 que desarrolla aproximadamente 300 CV. Pero no se trata de un propulsor convencional: fue preparado por Don Garlits, apodado “Big Daddy”, pionero de las carreras de aceleración o drag racing. Esta intervención proporcionaba al vehículo unas prestaciones creíbles para un Ferrari Daytona que salía de Maranello con el motor V12 Colombo de 4,4 litros y más de 350 CV.
Los Corvette C3 llegaron a montar hasta 21 motores diferentes, siempre V8 pero de diversas familias, cilindradas y niveles de evolución, oscilando entre los 5,0 y los 7,4 litros y desarrollando niveles de potencia máxima, de fábrica, de entre 167 CV (5.7 base de 1975) y 466 CV (LS7 de 7,4 litros, de 1970).
La elección del chasis Corvette C3 no fue casual. Los productores necesitaban robustez, fiabilidad y un rendimiento adecuado para las escenas de alta velocidad que requería el guion. El Corvette proporcionaba una base técnica sólida que permitía rodar durante jornadas enteras sin los problemas mecánicos que podría haber ocasionado un auténtico superdeportivo italiano. De hecho, aunque en la primera escena del episodio piloto se utilizó un Ferrari Daytona auténtico propiedad del Dr. Roger Sherman de Coconut Grove (Florida), todas las escenas en movimiento y primeros planos se rodaron con las réplicas McBurnie.
Según Franco Vigorito, experto en coches clásicos de Catawiki, “este coche es puro carisma de los años 80. Tiene estética, historia y aura de estrella. Para los coleccionistas, es mucho más que un vehículo: es un símbolo cultural. Estamos encantados de que este coche tan extraordinario salga a subasta”.

La demanda por el falso Ferrari Daytona y el salto al Testarossa
La historia de las réplicas del Ferrari Daytona tuvo un giro dramático que acabó siendo beneficioso para la serie. Ferrari presentó una demanda exigiendo a McBurnie y otros cuatro acusados que dejaran de producir y vender réplicas de sus modelos. Los productores de Corrupción en Miami, que no deseaban problemas legales, aceptaron la oferta de Ferrari: dos Ferrari Testarossa de 1986 sin coste a cambio de destruir las réplicas.
Carl Roberts, fabricante de réplicas, propuso entonces un intercambio: construiría un Testarossa de acción para la serie a cambio de salvar el Daytona condenado. Su plan original de eliminar la carrocería de Ferrari Daytona montada sobre el Corvette y reemplazarla con una réplica de Testarossa arrojó resultados pobres, lo que le llevó a buscar un De Tomaso Pantera de 1972, mucho más adecuado para montar sobre él los paneles de carrocería del Testarossa.
Así, en el segundo episodio de la tercera temporada, titulado Stone’s War, Sonny Crockett estrenaba el nuevo Ferrari Testarossa blanco de 1986, con matrícula de Florida AIF00M. Los Testarossa originales donados por Ferrari North America eran negros metalizados, pero se pintaron de blanco. El coche apareció inicialmente en negro en el episodio de estreno de la tercera temporada como vehículo de Bunny Berrigan, y en blanco cuando fue entregado a Crockett tras la muerte de Berrigan.
Del plató de televisión a la gran pantalla
Al finalizar la producción televisiva de Corrupción en Miami, el falso Ferrari Daytona que finalmente no fue destruido fue adquirido por Jordan Klein Jr., quien en aquel momento era responsable de grabaciones y escenarios de la serie y hoy es un reconocido productor cinematográfico de Hollywood.

Además, el vehículo también participó en la película The Cannonball Run III – Speed Zone, estrenada en 1987 y conocida en España como Los locos del Cannonball 3, conducido por las actrices Melody Anderson y Shari Belafonte; una segunda vida cinematográfica que añade valor histórico y cultural a esta réplica.
El coche se encuentra actualmente en Módena, Italia, y registra 88.500 km (55.000 millas) en su cuentakilómetros, lo que no tiene mucho valor teniendo en cuenta que se trata de una réplica sobre un vehículo donante. La mecánica ha sido recientemente revisada, mientras que la carrocería y los interiores en cuero han sido completamente restaurados respetando la originalidad y la identidad histórica del vehículo.
Los interiores de cuero beis y negro, así como la capota, fueron fabricados por Scott Draizin, de Headsup Industries, con sede en Fort Lauderdale, EE. UU. Las condiciones generales parecen razonablemente buenas, con apenas señales del paso del tiempo en la carrocería.
Certificado de autenticidad para un Ferrari Daytona falso
La famosa réplica del Ferrari Daytona se subasta con un importante conjunto de documentación que certifica su autenticidad. Incluye certificado oficial, memorabilia original de la serie con fotografías y autógrafos de los protagonistas, y su matrícula personalizada MI-VICE, un detalle que subraya su exclusividad.

De origen estadounidense, el vehículo ya ha pagado todos los impuestos de importación europeos, lo que facilita su matriculación en cualquier país de la Unión Europea, según la casa de subastas on-line, algo que en realidad no será tan fácil, al menos en España, al tratarse de un automóvil artesanal, sin una contraseña de homologación válida.
La subasta se celebra exclusivamente en Catawiki desde el 18 hasta el 30 de diciembre de 2025, con una estimación de unos 120.000 euros. En el momento de escribir estas líneas, la puja más alta alcanza los 1.311 euros, aunque el precio de reserva aún no se ha alcanzado, quedan muchos días para que se cierre el plazo, y las pujas suelen subir meteóricamente en los instantes finales.
La fiebre ochentera puede revalorizar este falso Ferrari Daytona
Según datos de Catawiki, las búsquedas de objetos icónicos de los años 80 no dejan de crecer, con incrementos que van desde el 30 % en cintas VHS hasta el 720 % en buscapersonas, un fenómeno que se refleja en el éxito de series ambientadas en aquella década como Stranger Things.
Además, según las últimas informaciones, está en desarrollo una nueva película de Corrupción en Miami, con Austin Butler y Michael B. Jordan en conversaciones para protagonizarla. La cultura pop vuelve a abrazar la nostalgia ochentera, y este Ferrari Daytona de imitación representa una oportunidad única para poseer un icono de aquella época.

Curiosamente, uno de los dos Testarossa blancos principales utilizados posteriormente en el rodaje fue comprado por el propietario del Fort Lauderdale Swap Shop por 750.000 dólares (aproximadamente 640.000 euros). La otra unidad del Testarossa blanco fue puesta en subasta por 1,75 millones de dólares (aproximadamente 1,5 millones de euros) en diciembre de 2014.
Catawiki ha subastado previamente otros vehículos vinculados a celebridades y producciones cinematográficas, como el Ford Mustang de Sylvester Stallone (43.000 euros), el Honda Civic Type-R GT personal de Max Verstappen (75.000 euros), la limusina de Zoolander (40.000 euros) o el monoplaza de Fórmula 1 STR7 de Daniel Ricciardo y Jean-Éric Vergne, que alcanzó los 315.000 euros.
Las claves del Ferrari Daytona réplica de Corrupción en Miami
- Réplica construida por McBurnie Coachcraft sobre chasis Chevrolet Corvette C3 de 1981.
- Motor Chevrolet V8 de 300 CV preparado por Don Garlits, leyenda del drag racing.
- Una de solo dos unidades fabricadas, protagonista durante dos temporadas de la serie.
- Ferrari demandó a McBurnie por las réplicas, obligando a los productores a aceptar dos Testarossa auténticos a cambio de destruirlas.
- Incluye certificado de autenticidad, memorabilia original con autógrafos y la matrícula personalizada.
- Propiedad original de Jordan Klein Jr., productor cinematográfico de Hollywood.
- Apareció también en Los locos del Cannonball 3 (1987), subasta hasta el 30 de diciembre con estimación de unos 100.000 euros.




























