Hay ciudades que parecen estar ‘destinadas’ a sufrir atascos día sí y día también, sea la hora que sea, y Madrid inevitablemente es una de ellas. Al final, la explicación más sencilla es que hay millones de personas que entran y salen de trabajar a la misma hora, y que normalmente acuden desde municipios cercanos al centro. Por tanto, el atasco es inevitable, ¿o no?
Si vives en Madrid, sabes perfectamente de qué hablamos: atascos interminables en la M-30, todas las rutas posibles para ir al trabajo colapsadas, obras, desvíos, autobuses, camiones… Hasta este verano hemos vivido la misma situación. Aunque la capital se vacía estos meses, los que se han quedado han sufrido las consecuencias por las obras de la A-5, los cortes en la Castellana, las remodelaciones en Conde Casal, cierres del Metro… Y todo al mismo tiempo.
Por tanto, Reyes, experta en urbanismo, aclara por qué los atascos nunca van a desaparecer en Madrid. A pesar de incorporar carriles BUS-VAO, de pretender que viajen dos o más personas por vehículo o mejoren el estado de la vía. ¿De verdad son tan inevitables?
Las verdaderas razones por las que Madrid siempre está atascada

La primera verdad ‘incómoda’ de Reyes es que las obras no son el principal motivo por el que se produce un atasco, aunque lógicamente ayudan. Lo que de verdad complica la circulación es que haya varias al mismo tiempo y en puntos muy conflictivos. Por ejemplo, al cortar un carril en la Castellana, otro en la A-5 y justo un acceso de la M-30 también en obras. El tráfico se condensa en estos puntos, y la consecuencia son embudos gigantes que afectan, aunque estén separados por varios kilómetros.
Los urbanistas creen que la planificación de las obras debería ser más escalonada. Sin embargo, justifican también que las obras más grandes tienen que seguir un curso legal (con plazos, licitaciones…), así que a veces es inevitable que se solapen en el tiempo.
El segundo gran motivo es que el modelo urbano actual está desfasado. Madrid lleva décadas pensando solo en el coche privado, con avenidas muy amplias, aparcamientos, accesos radiales… Sin embargo, la movilidad actual prioriza la reducción de emisiones, menos densidad de tráfico, más espacio para peatones y un transporte público eficiente.
Y aunque se han tomado medidas (Zonas de Bajas Emisiones, renovación del transporte público, ampliación del metro), el sistema sigue siendo el mismo. Los urbanistas recuerdan que seguimos intentando mover a millones de personas a diario utilizando las mismas vías saturadas.
Otra clave más: Madrid de por sí es una ciudad atractiva, y por eso genera más tráfico. La demanda de vivienda obliga a construir a las afueras, a crear nuevos barrios, hay más turismo, grandes eventos, logística, reparto de última milla, coches compartidos, VTC… El problema es que todo sucede en los mismos sitios y a la misma hora, así que nunca dejará de haber atascos.
Cuáles son las consecuencias de los atascos

Si vives en Madrid, o en cualquier otra ciudad grande, seguramente estés cansado de los atascos. Pero al margen de tener que salir con mucho más tiempo de casa, la realidad es que también nos cuesta dinero, salud y oportunidades.
Según varios informes sobre congestión urbana, Madrid pierde millones en productividad cada año. Por ejemplo, hay empresas que reciben tarde sus pedidos, repartidores que se ‘comen’ varios atascos cada día, clientes que dejan de ir a ciertas zonas porque es imposible aparcar… Y sufren las grandes empresas y los pequeños comercio.
Por otro lado, está el factor humano. Pasarnos cerca de una hora cada mañana en el coche agota y es una de las mayores pérdidas de tiempo que sufrimos a diario, ya sea que viajemos en transporte público o en coche privado.








