La noticia ha saltado a los medios por sorpresa, pero la Unión Europea acaba de dar un golpe a los planes de la DGT con respecto a la baliza V16. A solo 3 días del fin de los triángulos y la entrada en vigor de la nueva norma, Europa ha decidido que esta medida incumple varios de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Además, la medida supone un gran desembolso para las arcas del Estado, ya que la DGT tendrá que afrontar unas consecuencias inesperadas.
1El revés de la UE a los planes de la baliza V16 la DGT
La noticia ha caído como un jarro de agua fría en las oficinas de la DGT. La Comisión Europeaha emitido una directiva de urgencia que invalida el uso de la baliza V16 conectadas tal y como las conocemos en España. El argumento principal que llega desde Europa es que estos dispositivos vulneran ciertos protocolos de privacidad y competencia tecnológica que no se han unificado a nivel comunitario. La UE considera que el sistema de geolocalización utilizado no cumple con las estrictas normativas de protección de datos personales. Esto significa que el despliegue que la DGT llevaba años preparando se ha frenado en seco de la noche a la mañana.
La UE quiere que todos los países funcionen con el mismo sistema, y parece que el cuestionado modelo español de la baliza V16 se ha pasado de frenada. Esto ha generado un conflicto de intereses muy grave. Al prohibir su uso, Bruselas está obligando a España a dar marcha atrás en una ley que ya estaba a punto de entrar en vigor.
Pero aquí es donde viene la parte que más te interesa, porque el error no ha sido tuyo, sino de la administración que te empujó a realizar ese gasto. Al haber una contradicción entre la ley española y la ley europea, el ciudadano no puede salir perjudicado, y eso abre la puerta a un proceso de devoluciones masivo sin precedentes en la historia de nuestro país.
La magnitud del problema es tal que se estima que hay millones de dispositivos en manos de los usuarios. La DGT, que siempre ha defendido la baliza V16 como el sustituto perfecto para evitar atropellos en la carretera, se encuentra ahora desarmada ante una orden superior que viene de Europa.
No se trata de que el aparato funcione mal o no de luz, sino de un problema de leyes y de cómo se comparten los datos de tu coche cuando tienes un percance. Europa dice que nadie tiene por qué saber dónde estás si tú no lo autorizas de una manera muy específica que la baliza actual no permite. Por eso, el dispositivo que tienes en la mano ha pasado de ser el futuro a ser un problema legal de dimensiones épicas que va a costar mucho dinero a las arcas públicas.








