La Dirección General de Tráfico (DGT) ha encontrado en la tecnología un buen aliado para mejorar la seguridad vial. A los nuevos radares que han llegado en los últimos meses a las carreteras españolas (remolque, negros) y la tecnología que Tráfico ya tiene en su poder, ahora la Universidad de Granada ha desarrollado el proyecto MASAI (Materiales Asfálticos Sostenibles, Automatizados e Inteligentes) al que la DGT ya le ha echado el ojo.
Es un asfalto inteligente que ya está activo en algunas vías de Andalucía y se va a instalar en otros tramos de carretera durante los próximos meses, incluso hay comunidades autónomas que ya han mostrado interés en el proyecto. Puede medir velocidad, tráfico, peso y desgaste sin necesidad de que haya un radar convencional.
Este firme especial incorpora sensores que pueden recopilar datos en tiempo real, como el número de vehículos que circulan, a qué velocidad lo hacen, incluso qué carga tienen por eje. La DGT lo ha probado ya en algunas carreteras de la red autonómica andaluza (A-92, A-4026, A-4028 o la A-308) con mezclas de asfalto reciclado, materiales reutilizados (caucho de neumáticos) y un tratamiento que requieren temperaturas más bajas para su producción.
Cómo funciona el asfalto MASAI y por qué la DGT le ha echado el ojo

Este asfalto inteligente recibe el nombre de MASAI, el proyecto de la Universidad de Granada que puede cambiar para siempre las carreteras en España. Incorpora sensores que se distribuyen por todo el asfalto y que pueden registrar datos de paso sobre la vía.
Los sensores recogen datos como la velocidad a la que circulan los vehículos, las cargas por eje, la densidad del tráfico y también las condiciones del propio pavimento, como el calor, el desgaste o posibles deformaciones. La información se transmite en tiempo real a los sistemas de monitorización de la DGT para que los técnicos se puedan anticipar a reparaciones, planificar mejor tareas de mantenimiento o evitar que el firme llegue a un estado que pueda poner en peligro la seguridad.
Además, los datos que puede captar el asfalto MASAI tienen mucha precisión, incluso al nivel (o por encima) de algunos radares fijos. Eso sí, aunque se ha hablado mucho de las ventajas que tendría sobre los cinemómetros (el control de velocidad no está a la vista, por ejemplo), no parece que su función sea la de sustituir a los radares. Parece que su uso va a estar más orientado al de recopilar información para mejorar la seguridad.
Qué impacto puede tener el asfalto inteligente

Todos los usuarios de la vía se van a poder beneficiar de una tecnología que para la DGT ya tiene varias ventajas evidentes: vías en mejor estado, menos necesidad de hacer obras frecuentes y una mayor capacidad para detectar desperfectos antes de que sean más graves. Además, ayuda a mejorar la adherencia y, en líneas generales, a reducir los accidentes.
No parece que este asfalto vaya a tener capacidad para emitir sanciones de la DGT como sí ocurre con los radares, pero lógicamente habría implicaciones legales si eso sucede. Tendrían la misma fiabilidad legal y garantías de transparencia que los cinemómetros, y el asfalto debería ir acompañado de la señalización correspondiente. La normativa española obliga a señalizar los radares fijos y de tramo, aunque no ocurre lo mismo con los móviles.
Otro reto importante sería la implantación del asfalto MASAI. Ahora mismo forma parte de algunos tamos, pero suponen una mínima parte de toda la red viaria española. Sin embargo, una expansión a gran escala implica un presupuesto mucho más alto, mantenimiento de los sensores, sistemas para recabar los datos, procesarlos y un protocolo para responder ante cualquier alerta.