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domingo, 28 diciembre 2025

Así es el Seat Toledo ‘de palo’ sin el que hoy no existirían marcas de coches como Omoda o Jaecoo

En 1999, el Seat Toledo prestó su tecnología a Chery para fabricar su primer modelo. Dos décadas después, su legado continúa en marcas como Omoda y Jaecoo.

A finales de los años 90, cuando la industria automovilística china apenas daba sus primeros pasos, un veterano modelo español sirvió de punto de partida para una revolución con repercusión global. El Seat Toledo de primera generación, un sedán sobrio y robusto, acabaría siendo, sin pretenderlo, el ‘padre’ del primer Chery y, por extensión, de las marcas Omoda y Jaecoo que hoy inundan los mercados internacionales.

Lo que comenzó como una simple venta de maquinaria y licencias de producción se convirtió en la piedra angular de un imperio automovilístico. El Chery Fulwin (o Chery Cowin) fue el primer coche de la marca china, y su ADN técnico provenía directamente de Martorell. Sin aquel Seat Toledo ‘de palo’, la historia del motor en China —y del propio mercado global actual— habría sido radicalmente distinta.

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El coche que trascendió fronteras y generaciones

Fuente: Wikimedia Commons

La historia del Chery Fulwin demuestra cómo un coche puede trascender su tiempo y lugar de origen. El primer Seat Toledo no solo fue un éxito, sino que se convirtió en punto de partida de una industria entera. En su momento, nadie imaginaba que aquel sedán español acabaría sentando las bases de una nueva generación de fabricantes chinos con ambiciones globales.

El humilde Seat Toledo ‘de palo’ de los noventa puede considerarse uno de los automóviles más influyentes de la historia reciente. Su legado no solo está en las carreteras europeas; también en los talleres de Wuhu, donde comenzó la aventura de Chery, y en cada Omoda y Jaecoo que hoy se vende en el mundo. En cierto modo, todos ellos siguen llevando un poco de ADN Seat bajo su carrocería.

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