La dirección es uno de los sistemas más importantes del coche y, paradójicamente, también uno de los más ignorados por muchos conductores. Mientras el vehículo gire y responda “más o menos bien”, solemos dar por hecho que todo está en orden, sin pensar que pequeños cambios en su comportamiento pueden ser el inicio de una avería seria.
En Motor16 hemos querido profundizar en este tema de la mano de Alejandro, mecánico con una larga trayectoria en talleres multimarca. Su experiencia le ha enseñado que la mayoría de fallos en la dirección no aparecen de repente, sino que se anuncian con señales claras que muchos conductores pasan por alto… hasta que el problema ya no tiene vuelta atrás.
4El volante se vuelve duro
La dureza al girar el volante es uno de los síntomas más evidentes de fallo en la dirección asistida. En sistemas hidráulicos, lo más habitual es que el nivel del líquido sea bajo, ya sea por desgaste natural o por una fuga. En otros casos, la bomba de la dirección puede estar empezando a fallar.
Alejandro es tajante en este punto: «Si el volante se endurece, no hay que acostumbrarse, hay que revisar». Circular con una dirección sin asistencia no solo resulta incómodo, sino que puede ser peligroso, sobre todo en maniobras de emergencia o en conducción urbana, que requieren giros rápidos y precisos.







