Los puristas de la casa japonesa Honda que aún no han terminado de digerir la sencilla mecánica híbrida que esconde la última generación del mítico Prelude, ahora pueden soltar un suspiro de alivio. Y es que la marca japonesa, quien a lo largo de su dilatada carrera ha forjado leyendas como el NSX o el Type R, acaba de soltar una bomba en forma de Honda Prelude GT Prototype, un devorador de circuitos que promete resucitar el espíritu salvaje del icono de los 80. Olvídate de la versión de producción, con su cambio CVT y sus dóciles 200 CV de potencia; esto es para la pista, concretamente para la Super GT de Japón 2026, y solo los cracks del volante como los pilotos de Honda Racing (HRC) podrán domarlo.
Imagina un Honda Prelude con colmillos de fibra de carbono, ojos LED afilados como cuchillas y un rugido que evoca las noches en el circuito de Suzuka. Este prototipo no es un capricho; es el relevo del Civic Type R GT500, que desde el año 2024 ha peleado en la élite de la Super GT contra titanes como el Toyota GR Supra GT500 –vencedor en 2024 y probable en este 2025– y el Nissan Z Nismo GT500. HRC lo ha cocinado en secreto, y aunque las especificaciones técnicas siguen bajo secreto de sumario, las primeras imágenes filtradas gritan evolución. La prueba inicial rodará este breve en algún trazado nipón, pero ya sabemos que esto no será un paseo: es un misil guiado por la obsesión por la victoria.
Este salvaje Prelude reemplazará al Civic Type R GT500 usado hasta la fecha
El salto del Honda Prelude de calle al de competición es como pasar de un sedán familiar a un Fórmula 1 en miniatura. La versión de producción, que llegará con su sistema híbrido de 2.0 litros más dos motores eléctricos, acaricia la barrera de los 200 CV de potencia y se conforma con un sistema de tracción delantera y esa transmisión de tipo CVT que hace fruncir el ceño a los entusiastas. Compara eso con los más de 300 CV de potencia que genera el Civic Type R, y entiendes la decepción: ¿dónde quedó el alma endiablada del Prelude original? Pues en la pista, señores. Para la categoría GT500, las normas de la Super GT vetan los híbridos como un pecado mortal. En su lugar, HRC ha metido bajo el capó un cuatro cilindros turbo de 2.0 litros que proporcionará entre 550 y 650 CV directos al eje trasero. Sí, has leído bien: tracción trasera en un Honda.
Las fotos espía no mienten: este Prelude de carreras es un depredador disfrazado de coupé. Paneles de fibra de carbono al desnudo para aligerar peso –porque en GT500, cada gramo cuenta como en una dieta de piloto–, guardabarros ensanchados que engullen unas llantas Rays de competición, envueltas en slicks Bridgestone que no perdonan errores. Detrás de ellas, frenos AP Racing que muerden como tiburones, listos para domar velocidades que superan los 300 km/h. La aerodinámica es poesía brutal: splitter delantero afilado como un bisturí, faldones laterales que raspan el asfalto en busca de la mayor carga aerodinámica, y un alerón trasero masivo con soportes en cuello de cisne que canaliza el aire como un túnel de viento viviente.
En breve los chicos de HRC comenzarán a ponerlo a punto en la pista
HRC no llega a esta cita de brazos cruzados. El Civic Type R GT500 ha sufrido este año para seguirle el ritmo al Supra de Toyota, que ha dominado con maestría. La presión es alta: para 2026, tanto Toyota como Nissan mantendrán sus balas –Supra y Z GT500– en la recámara, pero un cambio en las reglas de la Super GT abre la puerta a la libertad aerodinámica en la parte inferior de la carrocería. Según Sportscar365, los equipos podrán experimentar con difusores y túneles Venturi más agresivos, lo que podría equilibrar la balanza. HRC, con su historial en Le Mans y Fórmula 1, aprovechará cada milímetro para que el Prelude GT no sea solo un sucesor, sino un verdugo.
En fin, mientras el último deportivo de la casa japonesa nos deja con ganas de más en su versión de calle, este GT Prototype grita que Honda sigue siendo sinónimo de innovación salvaje. La Super GT 2026 promete duelos épicos, y el de los cuatro cilindros turbo será el epicentro. Si eres de los que sueñan con asientos de fibra de carbono y olor a goma quemada, estate atento: en breve arranca la cuenta atrás. ¿Listo para la competición? El asfalto japonés nunca deja indiferente.
Fotos: HRC
