Llega la época de cenas de empresa, esa reunión anual donde la alegría fluye, los platos se suceden y, a menudo, las copas o las cervezas también hacen acto de presencia. La Guardia Civil está muy al tanto, y por eso el número de controles se multiplica durante estas fechas.
Si te para un agente, es muy probable que te encuentres en esta situación: Antes de pedirte siquiera la documentación o ponerte el alcoholímetro en la boca, te lanza una pregunta que parece inocente. Pero ten mucho cuidado, porque tu respuesta puede ser la diferencia entre irte a casa tranquilo o meterte en un problema muy serio.
4Las consecuencias de hablar más de la cuenta
Es muy importante reflexionar sobre lo que está en juego cuando pasas por un control de la Guardia Civil de Tráfico. No es solo una multa y la retirada de puntos del carnet. Si la tasa es muy elevada, o si tu comportamiento y tus respuestas denotan una clara influencia del alcohol, pasamos al terreno Penal. Hablamos de juicios rápidos, antecedentes y la retirada del carnet de conducir por un periodo que puede ir de uno a cuatro años.
Por eso es tan vital la primera interacción con el agente. Si tú mismo le confirmas que has bebido o que has cometido una infracción antes de que él tenga pruebas objetivas, estás facilitando que la situación escale de una simple comprobación rutinaria a un problema mayor.
En estas fechas de celebración y reuniones de empresa, la prudencia es tu mejor copiloto. Disfruta y pásalo bien con tus compañeros, pero si vas a conducir, la única tasa segura es cero. Y si te para un agente de la Guardia Civil, recuerda: educación, respeto y silencio. No confieses, no des explicaciones que no te han pedido y nunca, bajo ningún concepto, respondas afirmativamente cuando te pregunten si has bebido o si sabes por qué te han parado. Deja que ellos hagan su trabajo, pero no les ayudes a sancionarte.
