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viernes, 12 diciembre 2025

No respondas nunca esto si te pregunta la Guardia Civil al salir de tu comida de empresa

Llegan las cenas de empresa y los controles de tráfico se multiplican para comprobar que los conductores están en condiciones de circular con seguridad.

Llega la época de cenas de empresa, esa reunión anual donde la alegría fluye, los platos se suceden y, a menudo, las copas o las cervezas también hacen acto de presencia. La Guardia Civil está muy al tanto, y por eso el número de controles se multiplica durante estas fechas.

Si te para un agente, es muy probable que te encuentres en esta situación: Antes de pedirte siquiera la documentación o ponerte el alcoholímetro en la boca, te lanza una pregunta que parece inocente. Pero ten mucho cuidado, porque tu respuesta puede ser la diferencia entre irte a casa tranquilo o meterte en un problema muy serio.

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Por qué no debes confesar antes de tiempo

control guardia civil
Fuente propia/IA

Los agentes de la Guardia Civil son profesionales entrenados para detectar señales de embriaguez o nerviosismo. Cuando te hacen esa pregunta, no están buscando una charla amistosa sobre tu menú navideño, sino indicios. Si respondes admitiendo haber bebido, aunque sea poco, ya has hecho una confesión parcial.

En España, el sistema legal y las normas de tráfico son claras, pero también lo son tus derechos como ciudadano. La Constitución nos ampara en su artículo 24, permitiéndonos no declarar contra nosotros mismos y no confesarnos culpables.

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Al responder que has bebido un poco, estás renunciando la presunción de inocencia inicial. Si luego la prueba de alcoholemia da un resultado positivo pero rozando el límite, o si hay algún defecto de forma en el procedimiento, esa declaración espontánea podría figurar en el atestado o ser utilizada para valorar tu estado psicofísico.

Además, esa respuesta elimina cualquier duda razonable que pudiera tener el agente sobre si hacerte la prueba o no. Si confiesas, soplas seguro. La respuesta más inteligente y educada en estos casos no es mentir, sino mantener la calma y limitarse a seguir las instrucciones del agente sin ofrecer información voluntaria sobre la cantidad o el tipo de alcohol ingerido. Deja que sea el alcoholímetro el que hable, no tu boca traicionada por los nervios.

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