Cuando una dana golpea con fuerza, las calles anegadas y los coches flotando se convierten en una imagen tristemente habitual. Para muchos conductores, el verdadero problema empieza cuando el agua baja y descubren que su vehículo ha quedado completamente inundado. En ese momento surge la gran pregunta: ¿merece la pena arreglarlo, o es mejor darlo por perdido?
La respuesta no es sencilla. Reparar un coche afectado por el agua implica más que secarlo y arrancarlo. Puede haber daños mecánicos, eléctricos, electrónicos e incluso estructurales. Y todo ello se traduce en tiempo, mano de obra especializada y, sobre todo, dinero. ¿Sabes cuánto te puede costar devolver a la vida un coche afectado por la dana? ¿Te compensa repararlo?
5El papel del seguro: ¿salvación, o frustración?

Después de una dana, las compañías de seguros juegan un papel determinante. Si tu póliza cubre daños meteorológicos, el seguro puede hacerse cargo de la reparación o declararlo siniestro total. En ese último caso, te indemnizará por el valor venal o de mercado del vehículo. Sin embargo, muchos conductores se sorprenden al descubrir que es una cantidad mucho menor de lo esperado.
Por eso, algunos prefieren quedarse con el coche y repararlo por su cuenta con la indemnización parcial. El problema es que esta rara vez cubre todos los gastos. Además, si decides reparar por tu cuenta y luego aparecen averías ocultas, ya no tendrás respaldo del seguro. Valora fríamente si merece la pena intentar recuperar el coche o es mejor aceptar la pérdida y empezar de cero.